Este artículo se publicó hace 16 años.
Los maletines dejan paso al fútbol
Dos goles de Ewerthon salvaron del sonrojo al Zaragoza en el derbi aragonés ante el Huesca (2-2)
Muchos aficionados que ven en el fútbol un puro negocio, se suelen conformar con los 90 minutos de juego que dura un partido. Es ahí donde los dos equipos deben porfiar en buena lid por el resultado. Pero visto lo visto a lo largo y ancho de esta semana, más de uno habrá pensado que ni eso.
Las idas y venidas de maletines salvadores de última hora, en la recta final de los campeonatos, es un rumor congénito desde el principio de los tiempos balompédicos. En este caso, el rumor ha tomado visos de realidad. Es lo que tienen las nuevas tecnologías. Y llegados a este punto, debería actuar la Justicia, con mayúscula. Eso es lo que ha pedido enérgicamente el céltico Oscar Díaz. Descendido y afectado por uno de estos posibles amaños, no ha dudado en aseverar que "hay mucho rata dispuesto a dejarse ganar". Aunque cueste creerlo, la afirmación proviene de alguien acostumbrado a convivir en un vestuario. Queda dicho.
Los perseguidores empatanYa de vuelta al terreno deportivo y con el retraso del partido en Jerez (por la llegada tardía del avión que trasladaba al Girona), la gran sorpresa estuvo a punto de saltar en La Romareda.
El Zaragoza sólo había cedido dos empates en casa, mostrando una solvencia a veces insultante. Pero en esta ocasión recibía al Huesca, y ya se sabe que en los derbis se habla otro idioma. Tuvieron los oscenses el partido en su mano, pero se encontraron enfrente a un delantero de la enorme talla de Ewerthon. Dos goles suyos, y van ya 11 en esta Liga, salvaron del sonrojo a los maños.
Otro que aspiraba al liderato, el Salamanca, tampoco consiguió pasar del empate en Vallecas. En un bonito espectáculo, ambos equipos demostraron que pueden estar arriba. Los charros presentaron sus credenciales para el ascenso, con un Salva Sevilla que desde la media punta está siempre en el sitio oportuno para hacer daño.
¿Y en el Rayo? Pues ayer se reafirmó un jugador que viene apuntando muy alto. Su nombre, Mohamed Diamé. Ha recalado en las filas franjirrojas procedente del Linares, y ya nadie duda que puede durar poco por estos pagos. Omnipresente a lo largo y ancho del campo, arrastra materialmente a su equipo hacia la portería contraria con una fuerza descomunal.
El gran beneficiado de la jornada fue la Real Sociedad. Sufrió en exceso ante el Alicante, penúltimo clasificado, pero solventó por la mínima, y está a tres puntos del ascenso.
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