MADRID.- La polémica por la presencia de estelades en las gradas del Vicente Calderón se desinfló en el mismo momento en que empezó el partido Barça-Sevilla; o, incluso, antes, cuando los pitidos al himno de España erizaron el vello de las muchas autoridades, pese a los empeños de la organización por subir el volumen de la música oficial para acallar la desafinada protesta.

Había estelades; muchas estelades, pero no tantas como cabría esperar tras la forzada polémica generada por la Delegación del Gobierno (referencia, Ministerio del Interior) al pretender prohibir su entrada en el estadio hasta que un juez dijo a Concepción Dancausa -la delegada alarmista- que la estelades podían estar allá donde les dé la independentista gana, como es normal es un país donde se respeta la libertad de expresión. Pese al Gobierno.

Así que el rey también hizo gala de esa libertad de expresión y, ni más ni menos que en un partido entre Sevilla y Barcelona, se colocó su corbata V.E.R.D.E, que no "verde". Podría parecer que Felipe VI optó por los colores de la bandera andaluza -vestía también una camisa blanca-, pero todo apunta a que el monarca envió un mensaje silencioso a los pitadores de himnos, monarquías y otros símbolos del Estado con un solemne "Viva el Rey de España" (V.E.R.D.E.), que es la frase implícita en esta breve prenda y el código secreto de monárquicos de raigambre y otros simpatizantes (o interesados) de tal institución.

Los reyes charlan durante el partido del Barça y el Sevilla en el Vicente Calderón. Felipe VI lleva una corbata verde, de "Viva el Rey de España". EFE

Lo contó María Luisa Fúnez en el monárquico ABC hace dos años: "En las reuniones de profesionales de pro, estos últimos días se ha creado una nueva clave: la Corbata Verde [sic]. Su color escrito: V. E. R. D. E., esconde en sus iniciales la siguiente frase: "Viva el Rey de España". Simple y brillante iniciativa popular, que no impuesta".

Otras fuentes aseguran que el rey llevó su corbata verde en honor a su abuela, bética perdida, pero parece mejor apuntar a que el monarca hizo un ejercicio de libertad de expresión en toda regla. No consta, sin embargo, que haya dado traslado previo a la Delegación del Gobierno por la provocación que supone junto a tanto independentista catalán, incluido el president Carles Puigdemont, sentado en el mismo palco.