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Con medio Nadal basta

Unas dolencias en el hombro no le impidieron superar por un doble 6-4 a un mediocre Feliciano. Federer, que venció a Del Potro, buscará la final contra el británico Andy Murray

GONZALO CABEZA

Algunos osados se habían aventurado: Feliciano López acabaría ganando el duelo con su amigo Rafa Nadal. Sonaba a boutade, pero el número uno mundial arrastraba problemas en el hombro del partido contra Gasquet y Toni Nadal, su tío-entrenador, casi anuncióuna retirada. Si salta a la cancha, vino a decir, es más que nada para complacer a un público que le idolatra.

Así que Nadal se plantó en la pista madrileña y sus problemas fueron evidentes: sacó lento, muy lento, incluso para él que siempre parece falto de servicio. No llegaba a los 180 km/h, sus segundos servicios eran tétricos, no alcanzaban los 150. Y, sin embargo, con tan escaso argumento tuvo suficiente para dominar el partido. En Feliciano, su amigo, no hayó resistencia.

Feliciano es español, pero a nadie le extrañaría que su nacionalidad fuese sueca, croata o americana. No tiene nada que ver con el resto de sus compatriotas. Es un sacador contundente, pero un pésimo restador, tiene una volea aceptable, pero su revés es muy deficitario. Es jugador de dura a la antigua, saque volea y llegar al tie break a probar suerte. Pocos argumentos en un tenista en el que, algún día, se tuvieron esperanzas.

En 2005 llegó a los cuartos de final de Wimbledon, algo que no recordaban los españoles modernos. Las únicas imágenes de algún compatriota ganando en hierba se remontaban al blanco y negro con Manolo Santana. Por la novedad, Feliciano significaba mucho. Si hoy saliese uno como él nadie repararía en su presencia. Nadal lleva tres años seguidos llegando a la final en Londres, y Ferrer ha ganado en s-Hertogenbosch.

Llevaba un buen torneo Feliciano, pero su tenis no da siquiera para ganar a un Nadal minado por las circunstancias. En el primer set el manacorí controlaba su saque sin problemas y, como era de esperar, en un momento rompió. Un set corto en el que cada uno demostró porque tienen su reputación, Rafa la de ganador inagotable al desaliento y Feliciano la de un jugador que hace aguas por muchos lados y que, a pesar de tener algunos golpes reseñables, no da como conjunto un tenista poderoso.

El segundo estuvo cortado por el mismo patrón. Nadal con suficiencia, algunos golpes buenos, poco saque y ganando puntos por doquier. Sin problemas. Un partido que parecía ganado por Feliciano por incomparecencia terminó dando la sensación de todo lo contrario, el único presente era Nadal.

Del Potro ha hecho un verano genial y es un jugador notable con un futuro esplendoroso, pero ayer tenía a Federer en el otro lado de la red. El suizo, que parece haber recuperado toda su finura con la raqueta, fue mejor y demostró por qué muchos le consideran el más grande de la historia. Hoy Madrid tiene una nueva oportunidad de ver su talento. Jugará contra Murray, al que ganó en la final del último Abierto de Estados Unidos.

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