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El mejor Madrid no es suficiente

La mejor versión de los blancos se estrella una y otra vez ante la defensa del Manchester y un portentoso De Gea y tendrán que remontar en Old Trafford para pasar a cuartos de la Champions. Cristiano Ronaldo igualó el tanto inicial

EDUARDO ORTEGA

Volvió el Bernabéu a asistir a un partido de esos que acostumbraba a ver hace no mucho. Habituado al fútbol sin pena ni gloria de los suyos este año, volvió a ver a un gran equipo. A un rapidísimo Di María, puñal por ambas bandas. A un excelso Özil, otra vez maestro del arte del regate y el control. A un Varane que se reafirmó en su segunda reválida de categoría. Y al crack, Cristiano Ronaldo, que volvió a marcar. Pero ni con eso le bastó a una de las mejores versiones del Real Madrid de la temporada para superar a un United (1-1) que hizo poco más que lo justo para llevarse la eliminatoria a su terreno. Perdió toda una segunda mitad en intentar encontrar un atisbo de oportunidad ante un grandísimo De Gea. Tendrán que remontar los blancos en Old Trafford para encontrar los cuartos.

Se afanaron los blancos en el primer acto por demostrar que hay otro equipo que no es el que deambula de mala manera por la Liga. Y lo hicieron desde el pitido inicial. Ansiosos por hacer ver a su público y a todo el mundo en qué se transforman cuando el himno que suena es el de la Champions. Fruto de ello la primera llegada cuando apenas se contaban unos segundos y un poste de un Coentrao nada irregular hoy.

Di María, angustiado y perdido en quién sabe dónde este año, por fin hizo de Di María y trajo de cabeza a los dos laterales del United esta noche. Se alió con Özil y Cristiano en las emboscadas del Madrid en el área inglesa. Ferdinand y Evans -una de las grandes apuestas de Ferguson en los últimos años- achicaban aguas como podían, por arriba y abajo. Y cuando el agua era demasiada aparecía el criticado De Gea para poner el candado.

Cabalgó el Madrid al ritmo del compás de Xabi Alonso y los tres de arriba, más Benzema, difuminado esta noche. Se acercaba, asustaba y mordía pero el Manchester seguía a lo suyo, como si la guerra no fuera con ellos. Como si no se diera por avisado con los primeros latigazos blancos. Movía pacientemente en defensa, muy rápido cuando pasaba de mediocampo, buscando a Van Persie y Kagawa, la gran sorpresa de Ferguson esta noche.

Sin embargo, volvió a ser esa imagen de équipo británico asustadizo que tiende a replegar velas cuando sale de las islas. Defendió el United ante los ataques merengues, pero también se sacudían la ofensiva blanca con ataques rápidos y peligrosísimos sobre el área de Diego López. Van Persie se erigió como estrella polar del United con un partidazo ante la oscuridad de Rooney, irregular en los pases y sacrificado en tareas defensivas. Fue una de las sorpresas de sir Alex el que abrió el marcador. Welbeck se alzó en un córner sobre Ramos para, ante la mala salida de Diego López, remachar de cabeza plácidamente. 

El gol no pareció apaciguar los ánimos blancos, aunque sí el de un Bernabéu lleno que se tornó sigiloso ante el griterío hooligan en las gradas. Insistieron los de Mourinho en percutir el área inglesa y Cristiano volvió a echufarla, esta vez ante sus ex. El luso se elevó más que nadie para conectar un espléndido cabezazo que hizo imposible la estirada de De Gea. La rápida reacción blanca auguraba algo más. Ese algo más que no llegó ni pronto ni tarde. El cansancio pudo con las ganas.

En el segundo acto el United calmó el partido, se vino atrás, le negó los espacios al Madrid y los blancos no supieron cómo atacar. No hallaron el hueco, la manera de abrir ese candado que le puso Ferguson, inteligente y sabio como pocos, al choque. Lo intentó con disparos lejanos y centros al área despejados constantemente por las torres de los red devils.

El Madrid, sin ideas, se estrelló con un De Gea que se sacudió esta noche cualquier crítica

Se estrellaron los blancos una y otra vez, sin ideas, ante la bien plantada retaguardia inglesa. Incapaces de jugar más de dos balones a la espalda ni de filtrar algún balón al área, para lo que sacó Mourinho a Modric en lugar de un Di María que había sido lo mejor del Madrid. Y la llegada más clara la sacó en escorzo un espléndido De Gea, que se sacudió esta noche cualquier crítica y sombra de duda sobre él.

El United, en cambio, jugó y movió tranquilamente, también en la segunda mitad, no se dejó llevar por el ambiente. Conscientes de que quedaba otro partido, otros 90 minutos. Sin embargo, en una de salidas inglesas más alla de su área,Van Persie puedo poner la eliminatoria imposible. El holandés falló dos de esas que no suele errar. Dos jugadas seguidas que salvaron primero Diego López y el larguero, y después Xabi Alonso bajo palos.

Volvió a sucumbir el Madrid a dos de sus estigmas: las jugadas a balón parado y las defensas cerradas. Volvió a estrellarse. A tres semanas del desenlace, el Madrid ve algo más lejos la Décima y Mourinho su tercera, el clavo ardiendo al que se agarran los blancos esta temporada. El gol de Welbeck es oro para los ingleses.

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