Pocos equipos conocen la liturgia copera como Athletic y Barça y pocos escenarios se prestan a ella como San Mamés. En La Catedral viven impregnadas emociones acumuladas desde hace casi un siglo, los históricos triunfos con mister Pentland entre ellos, un 12-1 al Barça, los goles de Pichichi, la victoria en Copa de Europa ante el Manchester United sobre la nieve o la remontada ante el Sevilla en semifinales dos años atrás, y la afición bilbaína recibió el duelo de ayer con la pasión de las grandes ocasiones. El partido ganó en heroica por el antojo de la climatología. La lluvia intermitente caída durante toda la tarde dañó en demasía un césped ya de por si maltrecho en los últimos días, y obligó a Guardiola a renunciar a parte de la identidad futbolística del equipo y sacrificar a Iniesta para recuperar a un Keita, mejor dotado para labores más físicas y cometidos de tintes épicos. El autocar del Athletic estuvo arropado por miles de seguidoresRugía la afición desde minutos antes del pitido inicial, y la grada recibió a los 22 protagonistas con un espectacular mosaico formado por 40.000 cartulinas rojiblancas. "San Mamés pide a los suyos esfuerzo, entrega y compromiso y esto es lo que los jugadores le dan", aseguró el director técnico azulgrana Andoni Zubizarreta. Con el paso de los minutos, y la incapacidad del Barça de encontrar su juego, aumentó los ánimos se encendieron y creció la tensión. Un objeto impactó en Abidal, que tras ser atendido pudo reincorporarse para decidir media eliminatoria.La ilusión venció holgadamente al escepticismo en las horas previas al partido. Bilbao ha experimentado un renacimiento del sentimiento copero desde alcanzó la final de Valencia 14 años después de la última aparición. Desde primera hora de la mañana un autobús recorrió las calles de Bilbao engalanado con los colores del Athletic y música a todo volumen, la tradicional cabalgata de Reyes de la Gran Vía se tiñió de rojiblanco y miles de seguidores se congregaron en las puertas del hotel de concentración del equipo y arroparon a los suyos durante el trayecto hasta el estadio.