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Messi presenta al mundo su tronío

La Pulga revienta a Nigeria con su velocidad y sus regates y guía a Argentina a la victoria en un partido que no supo cerrar

LADISLAO JAVIER MOÑINO

El prepartido fue de Maradona, pero ahora el dueño de la pelota, el candidato a sentarse a la derecha de los sentimientos de los argentinos es Messi. Maradona escenificó ante su hinchada para hacerles saber que él es uno de los suyos golpeándose el pecho con fuerza. Luego, peloteó uno a uno con todos sus jugadores. Feliz, como si fuera uno más de ellos. Metiéndoles en el partido con bravatas mientras le devolvía el cuero con el interior del pie izquierdo que tanta gloria le dio. Llegó el momento de meterse en el túnel de vestuarios y seguía arengando a los suyos. Aún conserva los aires de patrón del juego.

Para el inicio del duelo, Maradona se presentó ya de traje y corbata y zapatos de punta italiana. Le esperaba el área técnica, el paso del tiempo que le ha mandado al otro lado de la cal. Era el turno de Messi. No se hizo esperar. Enfiló dos arrancadas de las suyas para presentar sus galones en el campeonato a la primera que pudo. Una la desperdició Higuaín, que estuvo muy fallón. Volvió a esa versión que le desacreditó en sus inicios en el Madrid. En las ocasiones que tuvo o le falló el primer control que le impidió un disparo cómodo, o se le agrandó Enyeama.

Más que sus marcadores, el gran enemigo de Messi y también de Argentina fue el portero nigeriano. Parecía que le tenía estudiado. Messi le buscó los ángulos con esas roscas endiabladas con las que direcciona el balón. Por arriba y por abajo Enyema le sacó todo sus remates en una demostración de elasticidad y colocación. Este primer golpe de autoridad de Messi le dilata las pupilas a Maradona. Si el colectivo le falla podrá tirar de Messi sin problemas. Necesitaba el diez este partido.

Con cinco arrancadas le ha enseñado a la Argentina que dudaba de él de que lo tiene todo para ser el rey de este Mundial. Cada conducción suya reventó a los nigerianos y generó un caudal de ocasiones que sus compañeros no supieron aprovechar. Sólo Heinze, con ese cabezazo tempranero acertó a agujerear a Enyeama. Fue en un córner, en uno de esos despistes de bulto que siguen lastrando al fútbol africano en las grandes competiciones.

Heinze conectó a la escuadra un cabezazo precioso, pero estaba solo. Corrió como loco a celebrarlo el banquillo. Cuestionado como está, Heinze se pegó una carrera de rabia reivindicativa. Con el marcado a favor se vieron buenos y malos detalles de Argentina. Messi descubrió que Verón se le asocia para el toque canchero. Le gusta pisar la pelota, parar y girarse.

Es un gesto de autoridad, de sentir que controla el tempo del juego. A Tévez también le va el baile de pelota callejero, ese sello tan suramericano cuando el marcador les favorece. Es un burreo pausado que busca tanto la exasperación del contrario como un hueco para fabricar una ocasión. La señal inequívoca de que la pelota tiene un dueño y el que la quiera que corra tras ella.

En el debe de Argentina hay que apuntar la falta de definición y habrá debate si Higuaín no se afila. Si su selección tiene esa capacidad para generar ocasiones, el killer de área más natural que tiene es Agüero. Tiene más temple ante el gol que el goleador madridista. Tampoco dijo nada del otro mundo Di María, superado por la camiseta y el acontecimiento.

Otras duda es la fiabilidad defensiva de Jonás al que le rompieron un par de veces la cintura y por ahí llegaron las mejores ocasiones de Nigeria. La más clara de Taiwo en un disparo cruzado. La carrera hacia atrás es otra asignatura pendiente de Argentina. Hacia adelante todo es de Messi.

ARGENTINA: Romero; Jonás Gutiérrez, Demichelis, Samuel, Heinze; Mascherano, Verón (Maxi Rodríguez, min. 75), Di María (Burdisso, min. 87); Messi, Tévez e Higuaín (Milito, min. 80).

NIGERIA: Enyeama; Odiah, Shittu, Yobo, Taiwo (Uche, min. 76); Obasi (Odemwingie, min. 60), Etuhu, Haruna, Kaita; Yakubu y Obinna (Martins, min. 52).

GOLES: 1-0, min. 6. Heinze.

ÁRBITRO: Wolfgang Stark (ALE). Amonestó con tarjeta amarilla a Jonás Gutiérrez (min. 41) por parte de Argentina y a Haruna (min. 78) por parte de Nigeria.

ESTADIO: Ellis Park.

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