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Michel llega avisado

Sabe que entra en un vestuario problemático durante las últimas temporadas

ALBERTO CABELLO

'No soy complicado con los jugadores. Ya ha pagado el pato alguien, ahora la plantilla tiene que darse cuenta de lo que ha pasado', dijo ayer Michel a los cuatro o cinco minutos de tomar posesión del banquillo del Sevilla. El entrenador viene avisado de que se va a encontrar con un vestuario complejo. Que devoró a Jiménez, Álvarez o Manzano y que tiene muy reciente el bocado a Marcelino. De todo eso andaba bien informado el madrileño mucho antes de que el AVE llegara a la estación de Santa Justa. Sus primeras declaraciones, junto a Monchi y Del Nido, insistieron en esa línea: recuperar el timón de un vestuario ácrata.

Cuando Michel entraba por una puerta, Marcelino salía por otra. Una despedida y una bienvenida casi sin pausa retratan la urgencia de la directiva por apagar el incendio del domingo. El lenguaje corporal del asturiano retrató a un entrenador superado por las circunstancias, consciente de que no había sido capaz de imponer su mando. Hasta en alguna comparecencia ante la prensa dejó caer que los jugadores no obedecían sus instrucciones.

Sus conflictos más latentes fueron con dos de los capitanes y capos del vestuario: Palop y Kanouté. Ese panorama hacía imposible su continuidad, además de la grave crisis de resultados (dos victorias en los últimos 15 partidos). Era su primera gran oportunidad después de trabajar en equipos en los que la permanencia ya era un éxito. Llegó al ambicioso Sevilla con Europa como objetivo, y se ha quedado muy lejos del mismo. 'Es muy difícil que encontremos en otro club todas las posibilidades personales y profesionales que nos han dado en el Sevilla, y entonces nos va a pesar salir de este trance', aseguró entre lágrimas Marcelino.

Y casi sin tiempo para cambiar la cuartilla para tomar las notas, entró Michel. No coincidieron, aunque el recién llegado se mostró dispuesto a compartir experiencias con el destituido, al que alabó y consideró un gran profesional.

'Creo que la plantilla es buena, con recursos, pero también que todos necesitamos un poquito más. Sin decírselo, ya lo habrán comprendido. Hay que decir a los jugadores al club que vienen. Este equipo no tiene problemas de plantilla. Intuyo que es por otras circunstancias'. Está claro que Michel sabe a dónde llega y cuáles son los motivos que le han hecho ser contratado.

También quiso dejar claro el técnico que no quiere más comparaciones con el Sevilla de los títulos ni con Juande Ramos. Esa comparación trajo a Marcelino por la calle de la amargura desde que Del Nido le comparó con él en su presentación. 'Necesitamos de los jugadores, porque con esta plantilla el equipo se puede plantear cualquier meta, y de la gente. Por nuestra parte, nos sentimos convencidos de que vamos a revertir la situación, pero no podemos hacerlo si pensamos que somos el Sevilla campeón, eso no lo podemos pensar', incidió Michel.

El presidente pidió de forma encarecida el máximo apoyo al nuevo entrenador, después de que ayer la afición mostrara más que dudas a través de la redes sociales. Por último, el nuevo dueño del banquillo sevillista negó que en su día Gordillo le ofreciera entrenar al Betis, y calificó su fría relación con Pepe Mel como de 'muy rivales'.

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