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Molesta más el retraso que la juerga

Schuster quita hierro a la fiesta que organizó Robinho en Brasil y critica a las federaciones por no controlar el normal regreso de los internacionales con sus clubes.

HUGO JIMÉNEZ

Y con todos ustedes... Robinho. Una semana después de la sonora fiesta celebrada en la discoteca The Catwalk de Río, el brasileño será titular esta noche en el Bermabéu. Schuster zanjó ayer la polémica suscitada en torno a una posible sanción interna al jugador y aseguró que Robinho 'ha entrenado para estar en el partido y si yo quiero, jugará'.

El técnico alemán insistió en que la fiesta 'no va a influir en la alineación' y de paso solicitó con ironía a las federaciones que tengan un mayor control en las fechas de regreso de los internacionales. 'Nos piden que los jugadores lleguen lo antes posible y nosotros tenemos que pedir la misma exigencia para su regreso'. El alemán quiso así restar importancia al escándalo protagonizado por el jugador brasileño, al que considera imprescindible en sus esquemas.

Disimulan el enfado

En el Real Madrid disimulan el enfado. Dirigentes del club aseguran que 'la sanción a los brasileños es, simplemente, por no haber comunicado en toda la mañana al club su retraso en el vuelo', cuando el trasfondo de la sanción es la repercusión mundial que tuvo la petición de 40 preservativos para dicha fiesta por parte de Robinho.

En la plantilla el tema se zanjó nada más aterrizar los jugadores en Madrid. Sin embargo, Guti dio ayer un tirón de orejas a Robinho y le recordó 'que cuando uno se sale de lo normal que sepa que está en un club importante y que todo influye a nivel mundial'.

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