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Mónaco, primera etapa europea

Mermado en la zaga pero sin excusas, el Barcelona aspira a ratificar ante el Oporto su hegemonía continental

 

NOELIA ROMÁN

La ambición, sentenció Marcel Proust, embriaga más que la gloria. La ambición, replica Pep Guardiola, es el motor que mueve al Barcelona a sus insólitas cotas de gloria. Lejos de embriagarlo, el ina-gotable deseo de ganar de su equipo lo distingue; lo singulariza y le permite protagonizar finales como la que esta tarde (20.45 h, La 1) le enfrenta al Oporto, en el no siempre digno Louis II de Mónaco. Un choque único para decidir cuál de los dos grandes triunfadores europeos de la temporada pasada arranca el nuevo curso en mejor condición. Un título continental para embellecer vitrinas, reafirmar hegemonías y recuperar recuerdos, recientes en el caso azulgrana conquistó este trofeo hace un par de años, demasiado añejos (24 años), en el caso del conjunto luso.

Como vigente campeón de Europa, y reforzado con Alexis Sánchez y Cesc este verano 'Siempre he tenido plantillas escandalosas; esta tiene que demostrar que es mejor que las anteriores', reta Guardiola, al Barça se le presupone casi todo para comparecer como favorito; lo que menos, la forma, aún justa a estas alturas, por más que lograra imponerse al Madrid en la Supercopa de España y haya tenido unos días extra para mejorar su tono. 'Llegamos bien dentro de las circunstancias', asegura Guardiola; 'Mejor que hace diez días y peor que dentro de diez. La competición será la que dictamine en qué punto estamos'.

«No venimos a verles jugar sino a disputarles el título», avisa Pereira

No será la forma una excusa ni tampoco la mermada defensa azulgrana, lesionados como están Puyol, Piqué y Maxwell. Con Fontàs como único central nato, Guardiola tendrá que reinventar su zaga y todo apunta a que apostará por Mascherano y Abidal para cubrir el eje, como ya hizo en la ida de la Supercopa ante el Madrid.

El Oporto, triunfador de la Liga Europa y también de la Supercopa portuguesa, ya se ha rodado en las dos primeras jornadas de liga y, casi un cuarto de siglo después de su última Supercopa continental, de ambición tampoco anda corto. 'No venimos a verles jugar, sino a disputar el título. Hicimos un curso extraordinario y nos hemos preparado muy bien para este partido', anuncia Víctor Pereira, el nuevo técnico de los Dragones Azules.

Sin Falcao ni Álvaro Pereira, pero con el mismo esquema de juego (4-3-3) que tan buenos resultados le da, el Oporto, 'un equipo con mucho criterio' según Guardiola, quiere aguar la fiesta al Barça y relevar al Atlético, vigente campeón del trofeo.

 

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