En Nueva York no para de llover. Tres juegos después de haber empezado el partido de Nadal contra Müller todos ellos perdidos por el español los paraguas volvieron a abrirse en la pista central. Nuevo alto en el camino. Las caras no tardaron en mostrar disgusto. Todos los años suena la misma cantinela, el torneo se detiene ante la desesperación de unos jugadores que ya no saben a qué atenerse en los ya de por sí volátiles horarios del tenis. Las últimas tres ocasiones, la final ha terminado en lunes.

Ayer, la organización, que ya tuvo que cancelar la jornada del martes, intentó que los jugadores se olvidasen de la llovizna y jugasen. Los protagonistas, molestos, no quisieron. 'No entiendo qué están haciendo, aquí no se puede jugar. Ustedes sólo piensan en el dinero', le comentó Nadal a un organizador. 'No nos sentimos protegidos, nuestra salud es importante', añadió.

No fue el único en quejarse. Roddick le secundó: 'Entiendo que deban mostrar tenis en la televisión, entiendo el coste comercial del asunto, pero lo principal es que los jugadores estén seguros'. Algún histórico, como Connors, les daba la razón: 'Yo tampoco querría jugar en estas condiciones'. Nadal, Murray y Roddick se reunieron con gente del torneo para acercar posturas.

La federación estadounidense, organizadora del torneo, asegura que los partidos empezaron porque se esperaban dos horas sin lluvia y creen excesiva la protesta. 'Las condiciones podían no ser las ideales, pero eran seguras', aseguran en una nota. Además afirman que tuvieron en cuenta a los tenistas. 'Si los jugadores sienten que las condiciones son inseguras, les escuchamos y el árbitro utiliza esa información para detener o no el juego', reza la nota.

Los problemas se acumulan. Ya se habla de que el torneo puede extenderse a la próxima semana, pero en un calendario tan apretado como el de tenis todo tiene consecuencias. El siguiente fin de semana se juegan las semifinales de la Davis. España-Francia (sin Monfils, que ayer anunció que no estará por lesión) y Argentina-Serbia. Varios son los jugadores involucrados y la Federación Internacional tendrá que valorar si es posible jugar si no hay un descanso antes.