No hay jugador en la ACB que haya anotado tantos triples como Juan Carlos Navarro, la friolera de 882, con los dos que sumó ayer el escolta del Barcelona en la victoria azulgrana ante el Valladolid (77-67). Navarro es ya, además de un excelso jugador, el segundo mejor triplista de la historia de la liga. Aunque, numéricamente, Velimir Perasovic aún comparta ese puesto. Hace tiempo ya que el exalerocroata dejó de sumar triples a los 882 que registró en los 354 partidos que disputó en la ACB con el Baskonia, el Fuenlabrada y el Alicante.

A la Bomba, en cambio, le quedan aún muchos que sumar a su estadística. Y muchos deberá anotar si quiere atrapar a Alberto Herreros, el mejor triplista de la liga española, con 1.233 en los 654 partidos que disputó con Estudiantes y Madrid. De momento, Navarro se conforma con liderar al Barça en encuentros complejos como el de ayer, por más que el marcador final refleje diez puntos de diferencia. Es engañoso. El colista le discutió al líder el partido casi hasta el instante final.

Pese a la buena actuación de Lorbek (17 puntos, cinco rebotes y 21 de valoración) y de Eidson hace de todo, ayer hasta de base, y bien, los azulgrana hicieron tanto la goma que, a tres minutos para la conclusión, la contienda estaba en tablas: 66-66. Fue entonces cuando Navarro y Sada pusieron la máquina a funcionar: un parcial de 11-1 ante el que el Valladolid ya no supo reaccionar.

No mucho menos le costó al Madrid mantener su pulso por el liderato con el Barça. El Lagun Aro le plantó cara hasta el cuarto final, pese a las intermitentes alegrías anotadoras de los blancos. A cinco minutos para la conclusión, Mirotic entendió que Rudy Fernández (13 puntos, tres rebotes y 23 de valoración) no podía solo. El pívot lideró el despegue final (82-74).

El Baskonia aplastó al Estudiantes (54-74) y el Unicaja, al Lucentum (77-97).