Este artículo se publicó hace 13 años.
La NBA, al borde del aplazamiento
Jugadores y dueños, sin acuerdo
Los jugadores de la NBA han optado por meter presión a los propietarios en las horas previas al último intento de evitar que David Stern, comisionado de la liga, recorte las dos primeras semanas de competición debido al conflicto laboral existente. En caso de no haber llegado a un acuerdo en la cita, el comienzo de la temporada regular podría retrasarse al 15 de noviembre (la fecha de inicio estaba fijada el día 1).
El movimiento lo inició a primera hora de la mañana (hora estadounidense) Derek Fisher, presidente del sindicato de jugadores. Bajo el hashtag Stand United (Permanecer unidos), el capitán aireó en Twitter el mensaje "Let us Play" ("Dejadnos jugar"), el mismo lema de los jugadores profesionales de fútbol americano en la circunstancia similar de un cierre patronal. Estrellas como Dwayne Wade también se sumaron a esta campaña en la red social. El primer jugador español de la NBA en responder al llamamiento fue Ibaka, pívot de Oklahoma.
La reunión de más de cinco de horas del pasado domingo en Nueva York no sirvió para desatascar los dos grandes problemas que impiden el comienzo de la temporada dentro de tres semanas: el reparto de ingresos que genera la liga y la rebaja del límite salarial en vigor. Ni siquiera, según algunos testigos, se llegaron a tratar de estos dos asuntos nucleares en la posibilidad de alcanzar un pacto. "Ha sido otra reunión intensa en la que ambas partes hemos intentado seguir avanzando en busca de un acuerdo", comentó Fisher al término del encuentro. Lo único positivo es que ambas se dieron una nueva oportunidad para intentar salvar in extremis lo que parece inevitable.
En este momento, las posiciones están más que claras. La patronal pretende un reparto equitativo de los ingresos al 50%. A los jugadores no les convence para nada este ofrecimiento. Han fijado su tope en el 53, después de rebajar cuatro puntos su propuesta inicial. Más abajo de esa cifra, no hay nada que hablar para el sindicato.
Para varios analistas, el acuerdo aún parece muy distante si se tienen en cuenta las cinco horas de reunión. Hay quien marcaba casi una noche de vigilia como el marco cronológico sobre el que se movería el intercambio de posiciones. Aun así, el sindicato suspendió la reunión con los jugadores en Los Ángeles y aceptó un nuevo intento en Nueva York.
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