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Ni con Benítez ni con Zidane, esta Liga la han perdido los jugadores

El empate en Málaga confirma la tesis que barajan dentro del Real Madrid: la actual situación sólo es imputable a los jugadores. Nadie encuentra explicación a las dos caras tan distintas que ofrece el equipo dentro y fuera de casa. Ahora el club y la plantilla lo fían todo a la Liga de Campeones.

Rafa Benítez y Zinedine Zidane. / EFE

RAMÓN FUENTES

MADRID.— Jamás pudieron imaginarse los directivos del Real Madrid que la celebración de la tercera Copa del Rey de Baloncesto consecutiva, algo inédito hasta ahora en la historia de la ACB, iba a resultar tan amarga. La alegría desbordante por el título de la sección de la baloncesto contrasta con la decepción por el empate del pasado domingo en Málaga. Un empate que supone despedirse —aunque nadie lo diga en público— de cualquier opción de poder conquistar el título de liga. Sólo una debacle del Barcelona podría dar una mínima esperanza al equipo madridista.

El golpe es duro, sobre todo porque llega a finales de febrero, cuando todavía queda más de un tercio de la temporada por jugarse.

El diagnóstico no admite discusión dentro del club. Visto lo visto, esto es una cuestión de jugadores. Son ellos los únicos responsables y los culpables de haber conducido al club a esta situación, que muchos directivos no dudan en considerar como un auténtico desastre.

La culpabilidad de los jugadores queda claramente definida por un hecho que no admite dudas y que resulta inexplicable incluso en el seno de la propia directiva del Real Madrid: la enorme diferencia de rendimiento y de resultados que hay entre el equipo que salta al césped del Santiago Bernabéu y el que juega los partidos lejos del feudo blanco. Es lo más parecido a Doctor Jekyll y Mister Hyde.

Y es que tanto con Rafa Benítez como ahora con Zinedine Zidane el problema sigue siendo el mismo: la imagen fuera del Santiago Bernabéu deja mucho que desear. Lejos de casa el Madrid parece un equipo venido a menos, que no asusta, que difícilmente saca los partidos adelante. Algo que sorprende, sobre todo porque la plantilla cuenta con algunos de los mejores jugadores del mundo. Algo que abona la tesis de que esta situación es sólo achacable a los jugadores, nunca a la dirección técnica. Es más, según ha podido saber Público, la confianza de la directiva en Zinedine Zidane es total y ciega.

Dieciséis puntos esfumados fuera de casa

Los números cantan y ayuda a explicar por qué los jugadores son los máximos culpables. En lo que va de la presente temporada son ya 16 los puntos que el conjunto blanco se ha dejado en sus visitas a los distintos campos de España. Puntos que implican que, primero con Benítez y ahora con Zidane, sean sólo cinco las victorias que ha logrado en sus 12 desplazamientos, además de cinco empates y las dos derrotas cosechadas ante el Sevilla en el Sánchez Pijuan y posteriormente con el Villarreal en el Madrigal.

Y todo ello pese a que tras las 25 jornadas disputadas el Madrid es el equipo que más goles ha marcado lejos de su estadio. Un total de 22, uno más que el Fútbol Club Barcelona y dos más que el Atlético de Madrid. De esos 22 goles conviene decir que 18 los marcó con Benítez como entrenador, los últimos cuatro ya son imputables a un Zidane a quien este inexplicable comportamiento a domicilio ha terminado por prácticamente dejarle fuera de la lucha por la Liga. Lo cierto es que cuando Zizou se hizo cargo del banquillo, el equipo estaba a dos puntos del Barcelona, estando todavía pendiente el partido aplazado del Molinón. Ahora ya son nueve.

Una proporcionalidad casi exacta

Otro dato que confirma la tesis que manejan desde el club. Antes podía decirse que la culpa era de Rafa Benítez. Pero viendo como están transcurriendo las cosas con Zidane, esa excusa tampoco es válida porque desde la llegada del francés, lejos de mejorar, la situación prácticamente no ha variado. Es más, si apelamos a la estadística, resulta que pese a la diferencia de partidos dirigidos entre uno y otro, la proporcionalidad es casi idéntica.

Rafa Benitez perdió 12 puntos a domicilio en las nueve jornadas que estuvo sentado en el banquillo. Zinedine Zidane ya ha cedido cuatro en los tres encuentros que lleva lejos del Bernabéu como máximo responsable madridista. Por esta regla de tres, los números del francés fuera de casa son proporcionalmente exactos a los de su antecesor en el banquillo. Lejos de personalizar en uno u otro, estos datos sólo confirman la tesis que manejan desde el propio club. Debe estudiarse con detenimiento que sucede en el Real Madrid, qué pasa por la cabeza de los jugadores cada vez que disputan un compromiso lejos de su estadio.

Lo cierto es que la andadura de Rafael Benítez lejos del Bernabéu no fue tan mala. Lo que verdaderamente crucificó al técnico madrileño fue la imagen del equipo ante sus dos rivales directos: el humillante 0-4 ante el Barça y la pobre imagen ofrecida en el empate a uno ante el Atlético de Madrid. 

Pero el efecto Zidane tampoco funciona lejos del Santiago Bernabéu. El técnico francés puede que haya devuelto la sonrisa y la felicidad a los jugadores, puede incluso que les tenga convencidos y motivados, puede que les haga más felices que Benítez, pero lo cierto es que ni con esas el equipo es capaz de mejorar sus registros fuera de casa.

Incluso, puestos a seguir haciendo comparaciones, las tres primeras jornadas a domicilio de Rafael Benitez fueron más provechosas que las actuales de Zidane. Entonces el Real Madrid logró dos victorias, ante el Espanyol en Cornella y Athetic en San Mamés, y el empate en la jornada inicial ante el Sporting en el Molinón. Comparando rivales, podría decirse que el potencial de aquellos es similar a los recientes del Betis, Granada y Málaga. Es más, en la faceta goleadora los datos se inclinan del lado de Rafael Benitez que logró siete goles y sólo encajo uno en esas tres primeras jornadas por los cuatro goles marcados y los tres encajados en estas últimas tres visitas ya con Zidane en el banquillo.

Paso adelante

Quizá esto explica que fueran los propios jugadores, sabedores que son los máximos responsables, los que salieran el pasado domingo a dar un cierto mensaje de optimismo. A tratar de vender un halo de esperanza al aficionado madridista. Son ellos los que han abocado al equipo a esta situación, luego también a ellos les toca dar la cara.

Llegados a esta situación, a nueve puntos del Barcelona y teniendo que visitar el Camp Nou a principios de abril, ya sólo queda la opción de agarrarse a la Liga de Campeones. Sin embargo, en el club son conscientes de la dificultad que supone poder lograr la undécima, ya que un mal día o un simple error te puede dejar fuera de la competición.

Por eso ahora, y con la eliminatoria contra la Roma está decidida tras el 0-2 de la ida, hay que centrarse en las otras cuatro finales que quedarán por delante antes de la gran cita en Milán.

Este es ahora el gran objetivo a corto y medio plazo dentro del club. Luego ya llegará julio y será el momento de tomar decisiones. De adoptar medidas drásticas, si es que hubiera que tomarlas, y siempre y cuando el club pueda fichar en verano, algo que no está claro tras la sanción de FIFA. Pero para eso habrá que esperar todavía unos meses. Lo único claro en este momento es que son los jugadores quienes han conducido al club a esta situación y ahora les toca a ellos dar un paso adelante e intentar maquillar lo mejor posible esta temporada.

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