Este artículo se publicó hace 14 años.
El niño que se regateó a todo el Torreblanca
Navas avanza en su madurez como persona y jugador
Sus requiebros ante Marcelo en el partido de la primera vuelta en el Sánchez Pizjuán no pasaron desapercibidos ni para The New York Times. "Un espíritu libre", titulaba el periódico estadounidense. Así es Jesús Navas. Esa libertad que tanto anhela se percibe en el campo, en su ansia por volar desde su banda dejando atrás a sus defensas.
Los mejores discursos del de Los Palacios son a la carrera, con el balón en los pies. Nadie lo intimida. Es en un campo de fútbol donde el extremo del Sevilla logra esa independencia. Allí la sensación de cansancio le es ajena. Ya era inmune a dividirse en el equipo de su pueblo: el sábado, de cadete; el domingo, de juvenil. O no le importó ofrecerse al equipo filial para disputar la fase de ascenso a Segunda hace unos años. Manolo Jiménez, técnico entonces del Sevilla Atlético, tuvo que explicarle que la normativa no permitía su alineación. Las cosas ya no eran tan fáciles como cuando pasaba de una categoría a otra en un mismo fin de semana.
"Está más suelto desde que decidió ir a la selección!, dicen sus íntimos
De esa gallardía como futbolista, los psicólogos del club tuvieron que tomar una muestra e injertarla en el Navas de diario. Hubo que enseñarle a abrir las alas también en su rutina más básica. Ahora todo ese proceso parece haber dado sus frutos. "Está mas suelto desde que decidió ir a la selección", cuenta la gente que lo acompaña a diario en el vestuario. El proceso es lento. El día que decidió declararse apto para ser convocado por Del Bosque no se atrevió a dar una rueda de prensa, sólo hizo una escueta declaración de menos de un minuto sin lugar a preguntas.
A pesar de ello, la evolución es evidente. Navas ya suma las mismas comparecencias ante los micros que cualquier otro jugador de la plantilla, incluso lo hizo en Moscú en Champions. Asumió con toda naturalidad el corrillo de micrófonos a su llegada a la concentración de la roja y participó tranquilo en los rodajes publicitarios.
Su discurso es más rotundo. "Estoy preparado para estar un mes en Suráfrica", contaba hace unos días a Público ante sus antecedentes en concentraciones largas y a muchos kilómetros de su casa. Se ha convencido de que la prensa es un vecino necesario en su profesión. "Oye, cuándo sale esto. A ver si me lo traes", apunta.
Jesús Valle trabaja en una gasolinera en Los Palacios y por allí pasa a menudo Navas de camino a los entrenamientos. Ambos compartieron banda derecha en el equipo local hace unos años. "Era fácil jugar con él. Le pasabas la pelota y listo. Era tan chico que parecía que llevaba un balón de playa", recuerda.
Ya asume con naturalidad los micrófonos y participa en rodajes
"El otro día, un grupo de amigos estuvimos recordando un partido que jugamos ante el Torreblanca. Teníamos mucha rivalidad. Ganamos 8-1, creo, y casi todos los goles los marcó él. Los contrarios se enfadaron con Navas porque, a pesar de la goleada, cuando se hacía con la pelota, se regateaba a todos. Nos querían zurrar, tuvimos que pedirle ayuda al árbitro", cuenta Valle.
Eduardo también le guardó las espaldas en muchos partidos, "Veía cómo encaraba a todos los defensas contrarios. Le sacaban tres cabezas y allí iba. Si destaca ahora, imagínate entonces. Era un fuera de serie. Va a ser una de las grandes sensaciones del Mundial", augura.
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