Este artículo se publicó hace 15 años.
"No hay duda de que el miércoles no nos fallarán"
Guardiola felicita a sus jugadores, que se citan para festejar la Champions
"¡Vamos, vamos, vamos! Le pintas unas rayas y ya está, que no llegamos", apremiaba una madre a Eduard, uno de los cuatro maquilladores que, en la explanada del Camp Nou, decoraban los rostros de la afición del Barcelona. Faltaban apenas cinco minutos para que Osasuna le hiciese el pasillo al Barça, la charanga recogía sus bártulos y los más rezagados apuraban el tiempo para aprovechar el servicio de chapa y pintura ofertado por el club para colorear la celebración oficial de la Liga y la Copa.
"Me quedaré con la cara así hasta el miércoles", decía Joan sin dejar de tocarse la cara, mitad azul, mitad grana, con toques de purpurina. Enfundado en una camiseta de Messi, con cinco años, asistía, junto a su padre, a su primera gran celebración en el Camp Nou. "A mí, también me gusta Messiy la música", intervenía a su lado Luis, con la cara lavada. No había querido pintársela: "Luego me cuesta mucho limpiarme", se justificaba.
"Es una celebración magnífica, como toca", aseguraba Juan de Dios moviéndose al ritmo de la charanga. Como muchos de los socios azulgrana, acudía al campo con su esposa y sus nietos, y disfrutaba del festejo, una suerte de fiesta mayor. Como en el pueblo, la orquesta tocaba, la mayoría la contemplaba con sobria alegría y sólo unos pocos se arrancaban al ritmo de la música, muy popular. "¡Hay que mover el esqueleto!", proclamaba José María sin demasiado éxito. "Estamos ya con los nervios de Roma", confesaba Luis.
"Los del Barça son unos sosos", terció Iñaki, seguidor de Osasuna. No había parado de bailar, junto a un grupo de aficionados navarros, delante del escenario. "Es que nosotros estamos más necesitados", explicaba. "En Roma, los apoyaremos. Con el Madrid, no haríamos lo mismo", proseguía antes de regresar al corro. "Lo que pasa es que estamos estresados con tanta fiesta", argumentaba Judith. Y Joan resolvía: "El día era el del Villarreal. Veníamos con la explosión y ahora ya estamos más calmados". Y añadía un deseo: "Que la gente no deje el campo antes de acabar el partido".
Pañolada y espontáneoLe hicieron caso. Y no precisamente por el juego, que aburrió a la parroquia e incluso recibió algunos silbidos. Al grito de "¡Campeones, campeones!" y con algún recuerdo hacia el Madrid, los culés aguardaban las palabras del mesías Pep Guardiola. Pero el árbitro expulsó absurdamente al técnico azulgrana y excitó al Camp Nou, que le dedicó una pañolada de récord y hasta aplaudió al espontáneo que saltó al césped para decirle al colegiado que estaba loco.
Pero un vídeo de los mejores momentos del curso se proyectó en el videomarcador y la afición disfrutó de lo lindo antes de que el presidente de la Federación entregase el trofeo de Liga al capitán Puyol. El equipo saltó al grito de "¡Campeones, campeones!" y luego emprendió la vuelta de honor al campo al ritmo del clásico Viva la vida, de Coldplay. "¡Ya tenemos dos títulos; ahora vamos a por la Champions", proclamó Puyol antes de ceder el micro a Guardiola.
"Felicito al equipo en vuestro nombre y en de la gente de todo el mundo que sigue al Barça. Hoy celebramos dos títulos, pero lo más importante que han conseguido es que no hay ninguna duda de que el miércoles no nos fallarán", señaló Guardiola con algún gallo, antes de pedir que la gente se pusiera en pie para ovacionar al equipo y de ser manteado por sus jugadores. "¡Bote, bote, madridista el que no bote!", se arrancó Piqué, alborotador y maestro de ceremonias.
"Hemos hecho historia, pero podemos hacer más. El miércoles, todos a Roma", dijo Xavi tras imitar al técnico con su mítico ziga zaga. Messi no supo qué decir, pero se acordó del "boludo" de Milito. Y Etoo y Henry agradecieron a Guardiola, muy emocionado, que los convenciera para seguir en el Camp Nou.
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