Este artículo se publicó hace 11 años.
Una obra de arte en la montaña
Kilian Jornet, el hombre que acepta que el dolor es su profesión, acaba de proclamarse por quinta vez campeón del mundo de skyrunning. "El secreto no está en las piernas, sino en la fuerza de salir a correr cuando llueve o nieva
Su trabajo se desarrolla en las montañas, como si se tratase de un cuento de hadas. Se enfrenta a recorridos de 46 kilómetros y 3.600 metros de desnivel. Atraviesa cumbres como el Gornergrat en Suiza, donde la semana pasada se proclamó campeón del mundo por quinta vez en su vida de skyrunning. Un deporte extremo, en el que el dolor es como una extraña profesión y en el que Kilian Jornet i Bugada (Sabadell, 1987) se engaña a sí mismo "cantando canciones" para mantener su mente ocupada y olvidarse de todo lo que está sufriendo.
Se trata de un extraño personaje en estos tiempos, un sheriff en la montaña, una especie de Robin Hood que, a los 5 años, apenas se parecía a nosotros. A esa edad, coronó el Aneto, consecuencia de una infancia como la suya, escrita en el Pirineo, en el refugio de Cap de Rec, a 2.000 metros de altitud, donde se aprenden bellísimos valores: "La lucha es lo que diferencia una victoria".
Y ahora, que es campeón del mundo, Kilian no deja de ser el reflejo de ese niño que, a los cinco años, le dijo a su profesora que de mayor quería ser 'contador de lagos'. "Tuve una niñez normal", explica, "la típica de un niño que vive a 2.000 metros". Todo eso creó una personalidad especial. "En casa teníamos tele y ordenador, pero es bastante aburrido estar ante ellos pudiendo salir afuera con mi hermana a jugar a atraparnos, a hacer batallas, a perseguir animales, a subirnos a los árboles o a hacer cabañas".
"Es un loco y amante del deporte con un gran instinto de superación", explica Carles Puyol
Así que es lógico que Kilian no admita indiferencia y llegue al corazón de gente como Carles Puyol, el capitán del Barcelona, que jamás olvidará las 190 páginas escritas por Kilian en el libro 'Correr o morir': "Después de leerlo, he conocido a un loco y amante del deporte", explica Puyol, "con un gran instinto de superación y una fuerza mental".
El retrato corresponde a Kilian Jornet i Bugada, que acaba de proclamarse por quinta vez campeón mundial de skyrunning. Un hombre que ha compartido el galardón 'Campeón de campeones' que otorga 'L'Equipe' junto a leyendas como Usain Bolt o Serena Williams. Pero eso no interfiere en la vida de Kilian, un experto en la nieve, un campeón que, además, tiene en Twitter más de 113.000 seguidores, enamorados de su manera de ser.
"Corro porque necesito sentirse creador", insiste. "Necesito saber lo que hay dentro de mí y plasmarlo en algún lugar del exterior. Para mí, una carrera es como una obra de arte". De ahí que su declaración sea imposible de explicar sin tantísima vocación. "Correr es dejar que mi imaginación disponga del medio para expresarse e indagar en mi interior. Siempre he sido una persona creativa. Hice hasta mis pinitos en la música tocando el violonchelo".
"Correr es la mejor forma de poner en orden las cosas del día a día"
En realidad, Kilian tiene una ventaja: su profesión es su vida. "Para mí, correr es la mejor forma de poner en orden las cosas del día a día, de desconectar de la rutina y de resolver los problemas que no alcanzo a ver, aunque los tenga enfrente. Pero, sobre todo, correr me ha enseñado a relativizar, a evitar preocupaciones".
"¿Qué sería no vencer?""El secreto no está en las piernas, sino en la fuerza de salir a correr cuando llueve, hace viento o nieva", explica Kilian Joirnet, un hombre que trabaja en el paraíso. Ha competido en el Mont Blanc en el Lago Tahoe, o en el Kilimanjaro. Ha competido en demasiados sitios y ha ganado en casi todos lo que, en realidad, es el producto de su manera de ser. Vive, si lo piensa fríamente, a un ritmo sólo apto para cantantes de rock.
Son más de diez años viviendo así en los que ha comprobado que "ganar significa convertir los sueños en realidad. En muchas carreras, he terminado en primera posición, pero no me he sentido ganador. Al cruzar la meta, no he llorado, no he saltado de alegría y mis emociones no han sido una tormenta desbocada. En ningún momento mi mente llegó a plantearse qué sería el no vencer". Y eso, para él, que le pide otra cosa a la vida, es no ganar.
"Ganar significa convertir los sueños en realidad"
"Creo que la victoria, la real, es aquella que se encuentra en lo más hondo de cada uno de nosotros. Es aquella que no nos creemos del todo que pueda llegar, a pesar de la preparación, y que finalmente llega. Es como si existiera algo en nuestro inconsciente que nos dijera que es imposible, que es demasiado increíble para ser verdad, Que lo que deseamos lograr es sólo un sueño. Y al cruzar la meta, cuando compruebas que es real, que eres de carne y hueso, te das cuenta de que esta es la verdadera victoria".
Por encima de atleta, Kilian es una filosofía de vida, curtida a solas en montañas que parecen infranqueables y que, en cualquier caso, han alimentado su manera de ser. "Ante ante los problemas que se presentan, muestro una gran calma. "Tengo el mismo aspecto relajado al bajar a comprar al supermercado que diez minutos antes de la salida de un campeonato del mundo.
Y no es que esté convencido, al contrario, siempre he pensado que no debo ponerme nervioso para realizar algo que me va bien y que, además, practico unos 360 días al año. Es como si a un panadero le temblarán las piernas cuando un día tiene que hacer un pan especial", explica Kilian en 'Correr o morir'. Un libro lleno de vida, que ha tenido un éxito enorme en las librerías.
"Quizá correr es para reencontrar el entorno romántico que hemos perdido en nuestras vidas"
Quizá porque representa el éxito más romántico que se puede encontrar en estos tiempos. Un personaje distinto, un vencedor en el silencio de la montaña, donde siempre hace uso de la reflexión: "Podría decir que corro por el bienestar que me aporta, por la salud o para poder desconectar de los problemas, para perseguir mi destino o para escapar de mis miedos. Quizá es para reencontrar el entorno romántico que hemos perdido en nuestras vidas actuales o crearnos nuestra historia dramática y heroica. Ser el protagonista o el héroe en un mundo en el que cada vez parece más difícil alcanzar la épica".
Un hombre Kilian Jornet i Bugada que, sin embargo, lo ha logrado. Quizá porque a los 25 años se sigue dejando llevar por la intuición de la niñez o por lo que él llama "hacer uso del factor sorpresa, encontrar el momento clave. A veces, es hasta necesario sentir el miedo de pensar que no vas a ser capaz de lograrlo para poder romperlo y lanzarte a probar cuál de los dos tenía razón. Y hay que dejar que el momento de hacerlo te lo muestre la intuición, que sea el instante quien nos lance hacia adelante, quien nos diga: ahora o nunca".
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