La cosecha de Osasuna es propicia en estas dos últimas jornadas: cuatro puntos en 180 minutos en los que en su mayor parte siempre fue dominado de forma intensa por el rival. Ante el Betis le tocó la lotería en el descuento, frente al Málaga rascó un empate con un único tiro entre los tres palos. Esta abundancia de buenos resultados se debe a una disciplina defensiva espartana. Si la contención del rival se estudiara en la universidad, Mendilibar sería catedrático y jefe de departamento. Sus equipo manifiestan una solidaridad y un actitud ejemplar cuando el rival avasalla.

El Málaga le ha dado de manera definitiva el mando del juego a Isco ahora que Cazorla parece no atravesar su mejor época. El chaval es un futbolista de difícil definición. Tiene características que le acomodan bien en la media punta, otras para ser un buen organizador con llegada y alguna que le ha visto Pellegrini para hacerlo partir desde el costado. Pero es una banda ficticia, esa que tanto usó el chileno en el Villarreal y que ahora repite con Joaquín y compañía.

Los navarros se adelantaron con su único remate en todo el encuentro

Con el buen tono de Isco, los andaluces tuvieron una puesta en escena sugerente. A diferencia de otras semanas, el equipo tenía amplitud, el pasillo que dejaban tanto Cazorla como Isco en la banda era aprovechado para la entrada desde el fondo de Monreal y Sergio Sánchez. Se creaba una superioridad que metía a Osasuna unos metros más atrás de su pretensión inicial.

Hubo ocasiones para marcar, quizá la más clara la de Monreal, que enganchó una espléndida volea que se estrelló en el poste y luego el balón vino a acurrucarse en los brazos de un Andrés ya con el cartel de estatua en el cuello.

Se desperezó el equipo rojillo con un saque de esquina que después de un par de carambolas llegó a Ibrahima para marcar un gol de lo más inesperado. Sin duda, es la defensa el concepto que debe mejorar mucho aún el Málaga si quiere conseguir un paseo por Europa la próxima temporada.

La entrada de Joaquín mejoró el tono general de los costasoleños

La entrada de Joaquín en la segunda parte hizo aún más intenso el dominio del Málaga. Isco, ahora disfrazado de mediapunta, tuvo el empate en un disparo a medio milímetro del poste. En su función de asistente, dibujó un espléndido pase para Sergio Sánchez que Juanmi sólo tuvo que empujar para igualar el marcador.

El empate calmó un poco la presión de los locales y dejó salir un poco a la defensa osasunista que en algún tramo del partido pareció un 6-0 de los que usa Valero Rivera en balonmano. Ya era un botín generoso irse de La Rosaleda con algún puntito más en el petate. Menos no se puede tirar a puerta para marcar un gol.