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La pareja de moda de Europa

La sintonía entre Torres y Villa se activa en cada desmarque

PEPE GARCÍA-CARPINTERO

La sintonía no puede forzarse desde los garabatos de una pizarra. Es algo genético que se activa con una mirada, un desmarque o una dedicatoria. Entre Torres y Villa existe esa química. La prueba del ensayo-error no tiene cabida en su relación cerca del área. Después de dos cursos desiguales, ninguno se siente más protagonista que el otro en el entorno de Luis Aragonés. Villa ha encontrado a un Torres más maduro, un delantero que ha encontrado en el Liverpool esa compañía en ataque que le ha obligado a ser solidario. Con Benítez, Torres sabe que siempre existe un plan B dentro del área. Una máxima que aplicó ante Rusia para hacer público su pacto con Villa. Yo te la doy, tú marcas y me debes una. Ese quid pro quo que el delantero del Valencia tanto le agradeció en el primer partido de la Eurocopa. Esa dedicatoria que tanto le ha servido a Torres.

Ayer, después de varios días de charla y el perdón de Luis, Fernando explotó. No le faltó decir nada. Sus gestos explicitaban al Torres que aprendió a convivir con el duro oficio de ser el referente de un equipo que quería volver a encontrar su identidad a través de un chaval de tan solo 17 años. Pero ahora el niño, ya es The Kid. Una marca que se ha engrandecido en Anfield y cuya ecuación apareció ayer en

Innsbruck a plena potencia: trabajo sin descanso fijando a los centrales. Y, por supuesto, el gol, su reivindicación ante los que se empeñan en abrir el debate de que este Torres nos es el del Liverpool. El 0-1 abrió unas expectativas de exhibición individual que se diluyeron en el sacrificio para el grupo. “No todos los días se gana con comodidad. Muchas veces se tiene que sufrir y hoy (por ayer) nos ha tocado”, aseguró Torres, en medio de una sonrisa que aún recordaba el gol de su socio Villa. “Ha sido un tanto importante que nos califica virtualmente para cuartos, aunque realmente no sé cómo ha sido porque le he pegado un empujón al defensa y ha salido el balón directamente”, concluía, antes de perderse en el anonimato de las sombras.

Mientras, Villa, aún enchufado al buen rollo de la música con la que Sergio Ramos inundó el vestuario, calcó ayer el post partido ante Rusia. Más fotos como el mejor jugador del partido y esa cabeza baja, en donde parapeta su timidez. “Estaba siendo injusto el empate. Suecia demostró que se conformaba con él, pero nosotros queríamos la victoria”, explicaba Villa, que charló antes de perderse en el vestuario con un grupo de aficionados de Tuilla, que viajaron hasta Innsbruck para animarle.

“Lo importante es que tenemos dos victorias en dos partidos porque los puntos nos dan casi la clasificación”, explicaba Villa, que es consciente de que su cotización aumenta de forma proporcional con cada gol. El pichichi de la Eurocopa terminó con una sentencia. “Este gol vale más que los tres que le metí a Rusia”.

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