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Pellegrini no pudo morir ganando

El chileno estaba sentenciado pasara lo que pasara en Málaga y Barcelona

 

ENRIQUE MARÍN

No creo que haya diferencia en la evaluación de mi temporada si empata el Valladolid y conseguimos el título. Estoy tranquilo, consciente de los errores y también de las virtudes de mi equipo'. Como un condenado en el corredor de la muerte, Pellegrini sabía de antemano que ni ganando de rebote la Liga en Málaga él seguiría entrenando al Madrid. De rebote o no, una Liga es una Liga y después un espectacular mano a mano con el mejor Barça de la historia, con récord de puntuación, de victorias en el Bernabéu y muy cerca del de goles a favor, ganarla hubiera tenido un enorme mérito.

Tal y como les sucedió a sus antecesores en el primer proyecto de Florentino Pérez, el chileno llegó a mesa puesta y se tuvo que comer una plantilla precocinada. Diseñada con criterios más empresariales que futbolísticos, y por tanto con los desequilibrios estructurales lógicos, confeccionada sin contar con él, de vacaciones en su país, y reajustada en pretemporada con las salidas de Robben y Sneijder delante de sus narices sin que su opinión importara lo más mínimo. Pellegrini se ha quejado en más de una ocasión evidentemente, siempre en privado de estar atado de pies y manos, aunque cuando aceptó la oferta que le hizo llegar Valdano sabía a lo que se exponía y no puso objeción ninguna a la propuesta.

Después del Alcorconazo' de Copa, Florentino ya quiso destituirlo

La negativa de Wenger, el preferido de Florentino Pérez para el banquillo del Bernabéu, llevó al presidente a confiar en el criterio de su director general, algo que ya no sucederá y de hecho no ha sucedido en la elección del sucesor del chileno. Es más, no sería de extrañar que el propio Valdano y por supuesto Pardeza, acompañaran a Pellegrini en su salida anticipada del Madrid, ya sea esta forzada o voluntaria, como ocurrió tras la marcha de Queiroz, también destituido antes de cumplir el contrato firmado.

El Alcorconazo en Copa, momento en el que Florentino ya pensó seriamente en destituirlo, y la eliminación en octavos de la Champions ante el Lyon le han pasado una factura a Pellegrini que ni siquiera la Liga ha podido enmendar. El chileno siempre ha hablado de un equipo en construcción, pero por muy ingeniero que sea, el único que dirige la obra del Madrid es Florentino. Huérfano del afecto y el respaldo institucional, el técnico se ha refugiado en el respaldo público de sus jugadores y el aliento del personal que ha trabajado junto a él en Valdebebas. También en la grada del Bernabéu. 'Lo importante para mí es la respuesta de los jugadores y del hincha del Madrid, que en un 80% me apoya en las encuestas y es porque se ha visto un equipo vistoso, ofensivo y entretenido'. Sin Valdano dispuesto a hacerlo, Pellegrini ha llevado su propia defensa.

Mourinho es el técnico con el que ya 'se ha hablado por la espalda'

El Ingeniero no ha logrado importar al Madrid el fútbol que practicaba su Villarreal. Su libreto de poco o nada le ha valido. Y eso que hubo un momento de la temporada en la que, eso sí, por circunstancias ajenas al propio técnico, el Madrid llegó a parecer un equipo que sabía a lo que jugaba. Veinte jornadas después, Pellegrini repitió por primera vez alineación ante el Espanyol y, al igual que sucediera en Riazor, su Madrid no sólo ganó con solvencia, sino que exhibió su capacidad para jugar como se le supone. Con posesiones largas, algo imprescindible para llevar la iniciativa y tener el control del partido. Con una repartición lógica de espacios y atribuciones, y el balón como referencia organizativa. Con una utilización racional de las bandas, sin peajes defensivos y apariciones puntuales. Con un fútbol de asociación en la búsqueda de la portería rival sin depender de la inspiración de Cristiano o Higuaín. Individualidades que no suman, sino que multiplican las prestaciones de los demás. Con un centro del campo con jugones (Granero, Alonso, Guti y Kaká) en sus cuatro vértices. Futbolistas capaces de dotar al equipo de un estilo inexistente sin ellos sobre el césped.

Pero en el Madrid no hay una construcción cultural ni una identificación de años como en el Barça, de ahí que sea comprensible su afán por ganar más orientado hacia la portería que hacia el juego. Frustrado y víctima de esas carencias estructurales, Pellegrini llegó a asegurar que el Bernabéu pitaría al Madrid si jugara con el Barça y quedó retratado cuando dijo que 'el Madrid está concebido para Cristiano'.

Florentino Pérez nunca ha creído en los entrenadores, aunque la posible llegada de Mourinho tal vez evidencie que ha cambiado de opinión. 'Hablar con un técnico a la espalda no va con el Madrid', acusó Pellegrini, que no pudo ni morir ganando.

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