Este artículo se publicó hace 13 años.
"Pep raya la perfección, no me lo creo tanto"
José R. Sandoval, entrenador del Rayo Vallecano, el sorprendente líder de Segunda
El Rayo está de moda. Cinco triunfos consecutivos le han llevado a ocupar el primer puesto en la Liga Adelante. Su técnico, José Ramón Sandoval (Humanes de Madrid, 1968), ha debutado en la categoría con buen pie, y es consciente del reto que tiene por delante.
¿Es pronto para pensar en el ascenso?
No queremos conformarnos con la liguilla. Este Rayo no es conformista. Es ambicioso y lo quiere todo. No quita que podamos decaer algo, pero nos estamos dejando el alma para lograr el ascenso directo. Estamos en el camino de una nueva gesta.
¿Aguantará la presión?
Está entrenado para ello, aunque me gusta vivir el presente y no miro más allá del partido contra el Tenerife.
¿Y su entrenador aguantará?
Por supuesto. Estaría bueno que el entrenador no aguantara la presión.
¿Se ve aprendiz o maestro?
Me gusta ser aprendiz de todo y maestro de nada. Lo de ser un maestro lo otorga la edad, como a Del Bosque. Cuando yo consiga ser campeón del mundo, si lo llego a ser, entonces seré maestro. Soy entrenador sin haber sido antes jugador profesional. Mi inquietud es ver si puedo alcanzar el objetivo final sin estar tan analizado por todos como al principio de temporada.
Pep ama la cantera, cree en lo que hace, trabaja en equipo¿Aprendiz de Mourinho o de Guardiola?
Decantarse por uno no sería inteligente: Mou lo ha ganado todo y yo soy un ganador nato. Tiene una personalidad impresionante y Sandoval la tiene. Pep ama la cantera, cree en lo que hace, trabaja en equipo, le ha dado mucho al fútbol. Hay un antes y un después de Guardiola en España; ha marcado una dinámica para que todos los entrenadores creamos en ella.
¿Se identifica entonces con el carácter de Mourinho?
Habría que conocerle más de cerca para juzgarle. Sólo le conocemos en las ruedas de prensa por la personalidad que tiene con los periodistas, pero me da la impresión de que tiene un entorno al que le debe dar mucho. Y Guardiola es una persona que raya la perfección, y a lo mejor, en ese aspecto, no me lo creo tanto. Seguramente le gustaría exponer más lo que piensa.
Preciado no opina lo mismo.
Esa es una guerra en la que no nos deberíamos meter. Aunque yo lo estoy viviendo en Segunda; soy una persona que viene de abajo, que no tengo cartel, y hay entrenadores con mucha educación que me intentan enseñar, como Unzué y Luis Enrique, y otros que no me tratan de la misma manera. Me podría sentir dolido y contestarles, pero a mí me educaron bajo el criterio de no hacer aprecio al mayor desprecio. Pero bueno, soy muy impulsivo, y a lo peor un día me lo tienen que echar en cara.
¿Se le ha subido el éxito del Rayo a la cabeza?
Eso no pasa cuando se tienen las ideas muy claras, como es mi caso. Al éxito y al fracaso hay que tratarlos como dos impostores. Hay que darles la medida justa. Yo absorbo trago a trago el éxito para disfrutarlo mejor.
Sabíamos que íbamos a pasar por malos momentos, pero todos hemos estado en el mismo barco¿Qué culpa tiene Mel del Rayo que usted se ha encontrado?
No me gusta valorar el pasado. Si hay alguien culpable del éxito, es la familia Ruiz-Mateos. Los entrenadores estamos de paso. La afición tiene la mitad de culpa y la familia pone la otra mitad por apostar tanto con esa ilusión. Hablar de nombres propios de entrenadores y jugadores no es lógico. Todos pasamos.
¿Dónde está el secreto de este Rayo?
En la ambición y el trabajo. Y en tener futbolistas de calidad. El premio de Sandoval es caer en un club que trabaja muy bien su estructura deportiva. He cogido el relevo. Yo mismo le propuse a los Ruiz-Mateos coger el primer equipo porque creo en lo que se trabaja por dentro. Es cuestión de ser valiente para poner a gente joven. Compaginar a Movilla, titular indiscutible con 36 años, con chicos como Borja García y Borja Gómez. Aquí se premia la profesionalidad, la entrega, la concentración y, sobre todo, el amor a unos colores.
¿Cuesta mantener el nivel con problemas de cobro?
No, en absoluto. Todo el mundo sabe a lo que juega. Ya sabíamos que la crisis iba a ser un problema. Y no nos equivoquemos, si estamos aquí es por la familia Ruiz-Mateos y sus empresas. Porque beneficios, el Rayo tiene pocos. Sabíamos que íbamos a pasar por malos momentos, pero todos hemos estado en el mismo barco. Desde el primer momento nos han hablado claro, nos han dicho lo que había y han cumplido al cien por cien todo lo que nos han prometido. Hasta nos consideramos unos privilegiados por el hecho de contar con unos dirigentes que cumplen su palabra. Esto para nosotros es un aval.
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