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Cuando la pole es un tesoro

Salir primero en Albert Park garantiza, como en pocos circuitos, las opciones de ganar la carrera y, de rebote, el Mundial

ÁNGEL LUIS MENÉNDEZ

El GP de Australia (La Sexta, 08.00 horas en directo y 14.00 en diferido) esconde un preciado silogismo al que nos son ajenos los pilotos. Obtener la pole garantiza como en pocos circuitos el triunfo y, lo que es más importante, ganar en Melbourne ha conllevado, en un elevado porcentaje de temporadas, proclamarse campeón del mundo.

En las 14 citas que ha acogido Albert Park, la mitad de los que han partido de la primera posición de la parrilla, siete, acabaron en lo más alto del podio. De los siete que no lo hicieron, cinco sufrieron alguna avería o accidente.

Hill, que salía segundo en la primera carrera disputada en Melbourne (1996), superó sin incidente alguno por medio a Villeneuve, su compañero de Williams. El otro fue Coulthard, quien al volante de un McLaren firmó en 2003 una actuación enorme rubricada con su último triunfo en F1. El bravo escocés ganó el GP de Australia pese a arrancar undécimo y sin amedrentarse por la pole de un pletórico Schumacher, entonces en Ferrari.

Coulthard no ganó el Mundial, lo hizo Schumacher; Hill, sí. El escocés rompe la estadística referente al campeonato porque también entró el primero en la meta de Albert Park en 1997, pero el Mundial se lo llevó Villeneuve. Lo mismo les sucedió a Fisichella (Renault), en 2005, con su compañero Alonso y a Irvine (Ferrari), en 1999, con Hakkinen (McLaren). A nadie más. Diez de los 14 vencedores en Melbourne acabaron proclamándose campeones ese mismo año.

Albert Park es un circuito que penaliza sobremanera cualquier error. De ahí que el coche de seguridad acostumbre a hacer horas extras, con todo lo que ello conlleva. Este año, con 180 kilos de peso provocados por los depósitos llenos de gasolina al estar prohibidos los repostajes, los neumáticos sufren de forma especial. El que sabe cuidarlos da dos pasos hacia la victoria e, inconscientemente, empieza a soñar con la corona mundial. Una precaución que puede trastocarse si flirtea la aparición de la lluvia, como sucedió en la sesión de calificación. De hecho, como ocurre cada temporada, los pilotos prefieren una carrera en seco.

'Suficientes problemas ya da este circuito', confirma Vettel, el hombre de la pole. Por detrás, su compañero en Red Bull, Webber, y Alonso también están dispuestos a probar suerte con el silogismo de Albert Park. El asturiano ha triunfado con las dos caras del razonamiento. 

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