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La prudencia de Terol

El valenciano acaba sexto después de un comienzo complicado por la lluvia

ALBERTO CABELLO

'No querías caerte, no querías caerte. Tú tenías mucho más que perder que él. Una más, Malasia. Esperemos que allí todo vaya normal', Jorge Martínez Aspar abrazó a Nico Terol después de una de las carreras más tensas de la temporada en la categoría de 125. El valenciano finalizó sexto mientras que Johan Zarco, su gran rival por el título, arañó el podio en un último adelantamiento a Efrén Vázquez. La resolución de la temporada, por tanto, tendrá que esperar una semana más. Eso sí, las cuentas ahora están más claras. Con 25 puntos de ventaja, al español le basta con quedar por delante del francés en la carrera de dentro de siete días para proclamarse campeón.

Son cientos los ingredientes que intervienen en la macedonia de un título: el pilotaje, la máquina, algo de fortuna, los rivales e incluso la climatología. Ayer en Phillip Island una nube traicionera enloqueció por un momento la parrilla de salida de 125. Empezó a llover en el circuito australiano unos minutos antes del semáforo en verde y el apacible hormiguero de la recta principal se convirtió en una locura. No le quedó más remedio a dirección de carrera que retrasar por un instante para que todos los equipos pudieron replantear la estrategia. Además del agua, las dudas mojaron los planes de todos los participantes. Si el cielo se hubiese presentado con el toldo cubierto nada habría habido que sopesar, pero había mucho que pensar, puesto que aún quedaba mucho azul entre esa nube. La prueba fue declarada en mojado ante el panorama de un trazado empapado por el chaparrón. Algunos pilotos optaron por los neumáticos de lluvia, mientras que los aspirantes al campeonato arriesgaron a montar el seco. Zarco y Terol, por ejemplo, confiaron en que el chaparrón pasaría en un chasquido, como así fue.

Será campeón del mundo en Malasia si queda por delante de Zarco

El comienzo de la prueba favoreció a los pilotos que llevaron las botas de agua. Adrián Martín, el tercer piloto del equipo de Aspar, salió como un cohete disfrutando de los charcos de Phillip Island. Con las ruedas de agua era el piloto más rápido junto con Alexis Masbou.

Hubo que esperar al paso de un carrusel de motos para encontrar a Nico Terol. Más allá incluso de los puestos que reparten puntos, el español optó por la prudencia a la espera de que el asfalto fuera perdiendo la humedad. 'Ha sido el comienzo de carrera más duro de mi vida, con la caída de las primeras gotas de agua en la formación de salida hubo mucha tensión y, si bien yo intenté mantener la concentración, pensando que las malas condiciones eran iguales para todos, la verdad es que al final no lo he conseguido', comentó el valenciano. Zarco tuvo menos reparos en apretar el acelerador, pues si algo necesitaba para meterle más emoción en la lucha por el título era una carrera loca. La tenía delante, así que lo único que podía hacer era apretar al máximo sin volver la cabeza hacia atrás.

La táctica de los que eligieron los neumáticos de lluvia se fue al traste después de cinco vueltas. Sandro Cortese pilló la cabeza de la carrera por delante de Zarco y Luis Salom. Comenzaba, entonces, la remontada del líder del Mundial. 'Según han ido pasando las vueltas y me he centrado, me he puesto a tirar para intentar retomar todas las posiciones que había perdido en los primeros giros'.

Un chaparrón justo antes de la salida cambió los planes de los equipos

Todo fue poco a poco volviendo a la normalidad. A ese paisaje de la temporada en que casi nadie ha podido marcar los tiempos de Terol. Desde el decimoséptimo puesto comenzó a adelantar pilotos para minimizar el daño de esa salida tan complicada. Desde el muro le marcaban cómo le iban las cosas a su gran rival.

Por delante, Cortese encontró pista abierta para la victoria. A Zarco la sonrisa se le iba borrando de la cara a medida que Terol ganaba posiciones y Salom le quitaba el segundo puesto. Hasta tuvo que meterse en líos con su compañero de equipo, Efrén Vázquez, para no perder el podio.

A tres vueltas para el final comenzó a llover de nuevo y dirección de carrera la dio por finalizada ante el panorama de una catarata de caídas con pilotos con traje de seco. Cuando se agitó la bandera roja, Terol alcanzó el sexto puesto. Tal y como empezó el día, un triunfo que puede valer un título.

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