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El Recre mide la conjura de Valdebebas

Calderón reúne a todo el club en una comida y pide carácter en el día en que el Bernabéu dictará sentencia

PEPE GARCÍA CARPINTERO

El Bernabéu siempre ha sido el último juez de una crisis. Da igual que Mijatovic pida serenidad desde el púlpito, que Calderón luzca madridismo por doquier y prometa volver con un título a la Puerta del Sol, y que los jugadores oculten la crisis. Da igual si el socio ve que la caída por el abismo es inminente y el grado de indignación supera los límites exigibles. Por eso, y tras varios sucesos estrambóticos (derrota en Pucela,     entrenamiento voluntario al que van cuatro gatos y que Schuster ni salte al césped, la participación de Pepe con Portugal, la polémica con De la Red...), el verdadero juicio a la crisis blanca se realizará hoy ante el Recreativo.

Deportivamente, no es el mejor día para los blancos. La plaga de lesiones, a la que se sumó ayer Cannavaro, hace que el obstáculo sea cada vez mayor. Los nervios existen y aunque todo el club se conjuró ayer en Valdebebas, la realidad es más bien otra. “Está siendo una semana rara, de nerviosismo”, confesó Salgado.

El vestuario está intranquilo y cualquier rival parece la naranja mecánica holandesa. Calderón les pidió unión durante la comida, pero la colocación de la mesa en Valdebebas ya delataba el estado del vestuario. Los holandeses, en un rincón; a su lado, los argentinos y los canteranos, en el otro extremo.

La desunión se ha instalado como modo de vida y los jugadores lo saben. “Podemos perder algún partido o tener noches malas, pero no podemos perder ese clima de unión”, apuntó también Salgado.

Lo cierto es que Schuster tampoco hace mucho en el tema de la unión. Metzelder entra en la convocatoria sin haber realizado un entrenamiento con el grupo; Torres, al que Schuster dijo que no le veía, vuelve por falta de efectivos; Drenthe, objeto de la ira del público, seguirá de titular... Y la comunicación cada vez es peor. Sólo hay una duda en la defensa. Javi García o Ramos acompañando a Pepe. Si juega el canterano, el mensaje de rendición será asumido por la grada.

Curiosidades del destino, hace dos años un tímido Recreativo diseñado por Marcelino asaltó el Bernabéu en diciembre con un contundente 0-3. Capello estaba en el banquillo y la derrota dinamitó un vestuario del que salieron volando Ronaldo, Cassano, Beckham... La única diferencia es que los galácticos se extinguieron y el único reducto de algo similar permanece en el banquillo o en su despacho, según se mire.

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