'He decidido inscribirme en el draft de la NBA porque siento que estoy preparado para afrontar este reto que, por otra parte, es el sueño de todo baloncestista'. Con menos frescura de la que exhibe en la cancha pero con la misma rotundidad con la que maneja el balón, Ricky Rubio se sentó este martes solo ante un micrófono para anunciar que, salvo descalabro en las previsiones del draft, en el que se inscribirá el próximo domingo, el curso que viene, con 18 años, se convertirá en el sexto jugador español de la NBA.

Poco importa que el Joventut, su actual equipo, se apresurara a recordar, a través de un comunicado en su página web, que al jugador le restan aún dos años de contrato con el club verdinegro y que, si decide emigrar a la NBA este año, no le perdonará ni un euro de los seis millones que estipula su claúsula. La Penya presiona para que Ricky permanezca una temporada más en Badalona, pero el joven base está decidido a seguir los pasos de su ex compañero Rudy Fernández y dar el salto ya.

'Es una decisión muy meditada', aseguró Ricky. 'Soy consciente de que es un reto muy importante, de que soy joven y de que tendré que luchar mucho para hacerme un hueco en la NBA , pero la ilusión y la responsabilidad de no defraudar me han dado ganas de seguir trabajando y me hacen pensar que estoy preparado', desgranó el base, tras señalar Nueva York y Los Ángeles como ciudades que le gustarían, aunque el orden de elección de los equipos no se conocerá hasta el 19 mayo. Sacramento, Clippers, Oklahoma y Wizards podrían estar entre los primeros.

Han sido meses de cábalas, pero las buenas proyecciones del draft del 25 de junio-la mayoría le sitúan en el número dos-, los Juegos de Pekín, la marcha de Aíto del banquillo verdinegro y la de Rudy han decidido a la joven estrella a dar el salto a la NBA. 'Dicen que puedo estar en una posición muy alta y mi intención no es retirarme sino ir a por todas', afirmó Ricky. 'Es cuestión de sensaciones y en los Juegos me di cuenta de que puedo jugar con los mejores'.

No tuvo Ricky una mala palabra para el Joventut pese a la dura negociación que mantienen para que el club le rebaje los seis millones de la claúsula. Sólo agradecimientos salieron de la boca del jugador por ayudarle a 'crecer', permitirle debutar y jugar en la ACB, y 'vivir uno de los momentos más emocionantes' de su carrera. 'Ahora mi único objetivo es aportar el máximo a mi equipo', señaló Ricky, tras negar que la discreta campaña de la Penya haya influido en su decisión.

El Joventut, que ya perdió a Rudy, anda apretado económicamente y no tiene intención de ceder. Pero no parece que eso vaya a frenar a Ricky. Su familia le ha animado a hacer lo que le apetezca, aun perdiendo algo de dinero. Sería el caso si saliese elegido en el número tres (unos 260.000 euros). Sólo las dos primeras posiciones le darían beneficios los dos años que garantiza el primer contrato. 'Si puede vivir con lo que tiene, ya está bien', señaló su madre a este diario. Sus agentes, además, apretan para Ricky pueda atrapar aún del actual convenio colectivo.