'Ellos son 40 millones, pero sólo pueden jugar once'. Arengas como esta del seleccionador de Liechtenstein, Hans-Peter Zaugg, abundan en Di Elf (Los once), un documental sobre la modesta selección que este viernes se enfrenta a España. Fue rodado durante la fase de clasificación para la Eurocopa 2008 y la frase de Zaugg pertenece, precisamente, a uno de los dos partidos que entonces disputaron contra los actuales campeones de Europa.

La cinta recoge las vivencias de los futbolistas del pequeño país centroeuropeo, su negación a la derrota, aunque en ellos sea lo habitual. Empleados de banca, carpinteros, futbolistas semiprofesionales... 'Disputar una fase de clasificación es lo máximo, en las grandes selecciones están el dinero y las vanidades, pero eso no forma parte de nosotros. Nuestra motivación es especial, ganar algún partido algún día', cuenta Thomas Beck en Die Elf, al que las imágenes descubren en Vaduz, celebrando con su jefe una histórica victoria ante Islandia (3-0) con dos goles suyos. Beck trabajaba por entonces en el Banco del Princípe de Liechtenstein y su compañero de copas no era otro que el propio miembro de la casa real.

'Realmente tienes que preguntarte si estás loco para ir a entrenar a Liechtenstein, sabiendo que no vas a ganar ningún partido', reflexionaZaugg, de origen suizo, en el documental. También suizo de nacimiento, aunque nacionalizado, es Frick, el mejor goleador de la historia del país con 14 goles en 91 partidos. Frick es el jugador de mayor peso internacional. Llegó a militar en la Serie A italiana con el Siena. A sus 35 años agota sus últimos días en el Saint Gallen suizo. La mayoría de los futbolistas juegan en el país vecino porque militan en equipos de allí o porque los diez clubes de Liechtenstein están inscritos en los campeonatos suizos. Liechtenstein (141 del ránking FIFA) sólo ha ganado cinco partidos oficiales, el primero de ellos en 2000. Pero juegan con 'alma y corazón', advierte el trailer de Die Elf.