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'Rocky' Lorenzo al asalto de Moto GP

El mallorquín Jorge Lorenzo se coronó por segundo año consecutivo como campeón del cuarto de litro y afrontará el próximo reto de ganar con Yamaha en GP.

ÁNGEL LUIS MENÉNDEZ / AGENCIAS

‘El ojo del tigre', la famosa y agresiva banda sonora de la inacabable saga de películas de Rocky Balboa, el boxeador interpretado por Silvester Stallone, es el himno que inspira a Jorge Lorenzo en los momentos difíciles. La música a cuyo compás se convirtió ayer con sólo 20 años en doble campeón del mundo de 250 cc.

Dado el dominio de Lorenzo desde el principio del año, el título era cuestión de tiempo.Ni siquiera la voluntad, exenta de buena máquina, del italiano Dovizioso, pudo retrasar el segundo título del español. A pesar de que todo iba a favor del mallorquín, la carrera fue entretenida, con un Dovizioso dispuesto a caer con dignidad, ganando al menos la carrera, pero Lorenzo, que no necesitaba ninguna ayuda para lograr su objetivo, se vio ligera y definitivamente beneficiado cuando Kallio se llevó por delante al italiano y le tiró al suelo. Allí se acabaron las tensiones.

A partir de ese momento, un Lorenzo algo más conservador, toda vez que el a la postre ganador, el japonés Aoyama, se había escapado un poco, hasta se permitió el lujo de dejarse birlar el 2º puesto, que fue a parar a uno de sus enemigos íntimos, Héctor Barberá, que lo dio todo en las últimas vueltas, necesitado como está de un buen resultado para asegurarse una moto competitiva en 2008.

Bandera española

Una vez pasada la meta, sólo cabía esperar la celebración de un Lorenzo que este año se había caracterizado por actuaciones memorables cada vez que ha ganado. Claro que ganar un Mundial exige más imaginación, así que había puesto a su gente al servicio de un título que, por anunciado, no resultó menos emocionante.

La negra bandera de 'Lorenzo´s Land' (tierra de Lorenzo), que se había visto nueve veces en la temporada, dio paso a la bandera española que un emocionado Lorenzo clavó en tierra malaya, en la curva de entrada a la recta de meta. Eso sí, asegurándose antes de que ahí había, registrándolo todo, una cámara de televisión. Pero ahí no acabaría el espectáculo.

Sus amigos, con Juanito Llançá a la cabeza, le estaban esperando con los artilugios propios de ese boxeador de película que ha encarnado y emulado Lorenzo en sus cruentos combates en la pista: Rocky Balboa. Llegar a lo que se conoce como 'el corralito', donde los pilotos que terminan en el podio deben dejar sus motos, y convertir al piloto en un boxeador fue un visto y no visto. Bata, guantes de boxeo y, cómo no, ¡un cinturón de campeón del mundo! Todo de color dorado y en la espalda de la bata, cosida por la madre y una vecina del responsable de prensa del equipo, Pere Gurt, se leía 'Loren Show'.

Fue el homenaje del balear a 'la mirada del tigre'. La mirada de Rocky Balboa, a la que tanto había aludido el propio Lorenzo, y los continuos KO que Lorenzo ha propinado este año a sus rivales dieron razón de ser a una celebración que fue, cuanto menos, simpática.

'Fue idea de mi preparador físico, él ha sido con todo mi equipo uno de los artífices de que consiguiera el título, de alguna manera él ha estado aquí conmigo. El personaje de ficción (Rocky Balboa) representa la fuerza de superarse a sí mismo, aun cuando uno sabe que no es mejor que los demás', explicó el bicampeón.

Lorenzo le dio título a su temporada, 'Rocky VII', pero se apresuró a aclarar: 'No me gustaría ser boxeador'.

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