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Rodri salva al Sevilla en el último minuto

El gol del canterano en el descuento clasifica a los hispalenses para la 'Champions'. La expulsión de Negredo le deja sin disputar la final de Copa

ALBERTO CABELLO

El Sevilla se conjuga en singular. En esfuerzos esporádicos e individuales de alguno de sus mejores jugadores: una parada de Palop, el gambeteo de Navas o un remate de Kanouté. Con ese paracaídas ha conseguido pisar tierra justo en la cruz que el club había señalado a principio de temporada. Meterse en Champions era una obligación que un milagro de Rodri en el último minuto puso en las manos de los sevillistas. El patinazo hubiera sido de los que hacen mucho daño en la planificación y en la cuenta corriente. El gol del chaval vale unos 15 millones de euros.

Con los datos en la mano no hay pegas. Con la lente, la lectura deja dudas. El equipo se ha convertido en un fantasma. Lo que comenzó en la primera jornada como un proyecto alegre y que alardeaba de su materia prima, ha acabado en el cierre de la temporada como un penitente desconsolado. Era este un equipo que en los últimos tiempos transmitía autoridad, de los que apetecía ver en la grada.

Ahora todo lo que se percibe es miedo, inseguridad. No hay piernas para poner en práctica un juego compacto. Cada línea camina a su bola. Ha deambulado durante toda la segunda vuelta sin un centro del campo capaz de poner en marcha el carro. La única manera de que el equipo se ponga en marcha es echar mano del recurso de las carreras de Capel o la habilidad de Navas. Las señales previas a la final de Copa del Rey son de lo más preocupantes.

El Almería le apabulló con su juego eléctrico. Lillo se olvidó de ese compadreo de los días previos. Ya lo avisó. No iba a clasificar a nadie para nada. Le regaló a sus aficionados una fiesta. La celebración de un permanencia con un partido de entrega total. La mejor arma de los rojiblancos fue la naturalidad y la ausencia de presión. El desparpajo es el peor enemigo para un equipo sin seguridades. Las caras de sus jugadores retrataban pavor. El desenlace estaba en sus rostros.

Los locales aplicaron la cataplasma de la velocidad por banda para acorralar al contrario. El arranque del encuentro pilló a los sevillanos a contramano. Se encontró con un rival que no esperaba. Crusat, Piatti y Corona se soltaron la melena para martirio de los defensas. Sólo la manopla de Palop aguantó el aguacero.

Al Sevilla le salvó lo de siempre. El recurso del centro de Navas y el remate de Kanouté. Ni el gol trajo la calma. Los de Álvarez eran un flan. El Almería mantuvo su discurso. A pesar de la gran diferencia en el campo, otra puntada de Navas le regaló un gol a su equipo. Todo parecía hasta que Negredo metió la pata y se autoexpulsó con dos insultos insensatos al asistente. Con diez jugadores ya estaba escrito el drama. Rodri cambió la historia en el último segundo.

Almería: Esteban; Michel, Chico, Acasiete, Juanma Ortiz, David Rodríguez, Corona, Borzani, Soriano (Ortiz, m. 74); Crusat (Nieto, m. 74) y Piatti (Quillo,m.74).

Sevilla: Palop; , Stankevicius, Escudé, Squillaci, Luna; Jesús Navas, Zokora, Renato, Capel (Perotti, m. 70); Negredo y Kanouté.

Goles: 0-1. M.16. Centro de Jesús Navas desde la derecha que remata con un gran cabezazo Kanouté. 1-1.M. 43. Soriano engancha de primera un gran centro desde la izquierda. 1-2. M. 52. Centro de Navas que golpea en Chico y se cuela en la portería de Esteban. 2-2. M.81. Gran disparo de Ortiz. 2-3. M.93. Rodri.

Árbitro: Rubinos. Expulsó a Negredo (m. 65) por insultar al juez de línea. Amonestó a Soriano, Zokora, Crusat, Stankevicius, Squillaci, Juanma Ortiz
Juegos del Mediterráneo: 15.000 espectadores.

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