Este artículo se publicó hace 15 años.
Roma, otro jalón en el camino de Nadal a la gloria eterna
Nadal suma su cuarto título en la capital italiana y demuestra que no hay quien le tosa en tierra tras derrotar Djokovic por 7-6 y 6-2
El español Rafael Nadal, el número uno del tenis mundial, doblegó en la final del Masters 1.000 de Roma al vencedor del año pasado, el serbio Novak Djokovic, por 7-6 (7-2), con lo que recuperó el trono del Foro Itálico y sumó a su palmarés su cuarto título en la capital de Italia.
El tenista español dio una exhibición en el Estadio Pietrangeli y dejó fuera de toda duda de que no hay quien le pueda toser sobre tierra batida, tras sumar el torneo de Roma a los de Montercarlo y Barcelona que ya ha vencido este año. Nadie ha podido con él este año sobre arcilla.
A Djokovic le queda el consuelo de ser el que más ha hecho sudar a Nadal en Roma, pero después del partido de este domingo no parece que el serbio vaya a suponer un gran obstáculo para una nueva victoria del español en Roland Garros, que se ha convertido año tras año en feudo de Nadal. D
e hecho, con el torneo romano el español recupera el pleno exitoso que perdió el año pasado tras caer en la segunda ronda de Roma frente a su compatriota Juan Carlos Ferrero. Después de repetir este año victorias en los torneos de Montecarlo y Barcelona, Nadal recuperó la autoridad. Ahora le espera Madrid y París para redondear su absolutismo en esta superficie.
De paso, el tenista de Mallorca elevó sus puntos ATP casi hasta los 16.000, que dejan al clasificado en el segundo puesto, el suizo Roger Federer, muy lejos, a casi 6.000 puntos. El primer set de la final comenzó muy a favor de Nadal, con una rotura de servicio del serbio a las primeras de cambio que puso el set cuesta abajo para el español. Con el 2-0 en el marcador, Djokovoic comenzó a hacer aspavientos y los primeros amagos de estrellar la raqueta contra el suelo, aunque logró atrincherarse en su servicio para ir ganando juegos.
Nadal iba a lo suyo, con un tenis muy sólido, basado en provocar el fallo del contrario y devolver todas y cada una de las bolas del rival, iba sumando juegos y mantenía su ventaja en el set. La bola alta con efecto de Nadal daba mucho trabajo al serbio, pero mantenía el tipo en su juego incluso con el 5-3 en el marcador.
El partido entró en ese momento en una fase de suma competitividad, con Nadal consciente de que si se hacía con el set estaría mucho más cerca de meterse el torneo en el bolsillo. En alguno de los típicos golpes imposibles de Rafa, el serbio terminó aplaudiendo la tenacidad y el hambre del español, convertidas en un golpe inverosímil.
Amor propioAl serbio le dio entonces un ataque de amor propio y logró forzar el desempate en un final de set muy disputado que el serbio regaló a Nadal en la muerte súbita. El próximo set comenzó con igualdad en el marcador e igualdad sobre la cancha hasta el 3-2, cuando Nadal logró romper el servicio del serbio y encarrilar la final y la consecución del torneo.
Ya sólo quedaba ver cuantas ganas de alargar el final inevitable le quedarían al número tres en el ránking de la ATP. No le quedaban demasiadas, porque su juego siguió un sendero errático, con subidas a la red sin convicción y otros signos de flaqueza, que daban muestras de que el serbio ya se había entregado. El marcador ya estaba en 5-2 y sólo quedaba el último juego, en en el que Djokovic se dejó ir para ver como Nadal recuperaba lo que era suyo.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.