Después de la polémica entre Tito Vilanova y Mouhrino durante el partido de vuelta de la Supercopa, el presidente del Barça, Sandro Rosell, ha explicado que su equipo no ha denunciado a Mourihno porque no era lo adecuado y podría haber afectado al Barça a nivel deportivo.

'La opinión pública ya ha visto lo que pasó. Además, los estamentos que deben decidir están de vacaciones y esto se podía haber alargado un tiempo. No queremos convertir en víctima a nadie, lo hechos son claros' ha apostillado el blaugrana.

En un encuentro con peñistas, Rosell ha explicado que no ha sido necesario denunciar los hechos. 'No hacen falta denuncias, la federación hará lo que crea oportuno; pruebas tienen. Nosotros debemos de felicitarnos y celebrar nuestros títulos. Volvimos de vacaciones y ganamos a un equipo que llevaba tiempo preparándose'.

El presidente del Barça ha relatado que hubo un incidente que les ha marcado y les hizo reflexionar. 'En la ida, dos niños se aproximaron con cara de rabia a los autocares del Barcelona y la lanzaron una piedra contra el de nuestros jugadores, pero no alcanzó la luna. Después lanzaron otra contra el de los directivos y rompieron una luna', ha explicado el blaugrana.

'El cuerpo nos pide una cosa, pero la cordura otra'

Rosell ha explicado que a partir de ese hecho, el Barcelona empezó a replantearse las cosas. 'No vamos bien. Hay algo que no funciona. Nosotros debemos de poner cordura, si los otros no lo hacen es su problema. No se pueden ver estas cosas, acabaremos matándonos por la calle y no puede ser' ha asegurado el presidente.

'El cuerpo nos pide una cosa, pero la cordura otra. Las instituciones deportivas, empezando por la nuestra, deben de poner cordura. El deporte no es eso' ha agregado. 

Por último, el presidente blaugrana ha añadido que 'si queréis una Junta Directiva bravucona y charlatana, no es la nuestra. Nosotros somos diferentes'.