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Siete años y dos tumores después

Tras sus problemas de salud, Sergio Aragoneses regresa al Bernabeú convertido en un ejemplo de superación indiscutible

MARCOS PERERA

El Tenerife pisa hoy el Bernabéu siete años después con Sergio Aragoneses como único superviviente de aquella visita. En realidad, el portero gallego (Porriño, Pontevedra, 1977) regresa de blanquiazul a Chamartín siete años, cinco equipos, dos tumores de testículos y una pancreatitis después.

La suya es una historia de supervivencia real, una de ésas en las que la vida pone a prueba el umbral humano de la constancia y la fuerza de voluntad. Por eso hace tiempo que ve el fútbol de otra manera. Ahora valora los minutos que juega en la portería del Tenerife como si fueran los últimos.

Afianzado en el once titular de Oltra, el que fuera guardameta del Getafe y Atlético, entre otros, encarna un ejemplo de superación indiscutible. La pancreatitis el curso pasado le tuvo un mes entero hospitalizado, justo cuando apenas saboreaba su vuelta a la normalidad; cuando, en contra de lo que muchos pensaban, había vuelto a ser un jugador casi imprescindible para el Tenerife.

Aragoneses es el único superviviente del último viaje del Tenerife al Bernabéu

Los infortunios de Aragoneses con su salud nacieron en agosto de 2005, cuando le diagnosticaron el primer tumor. En apenas unos meses, su crédito bajo palos se resquebrajó, inmerso incluso en rumores de indisciplina que hablaban de una vida desordenada, lo que le obligó a volver al Getafe y poco después a partir otra vez de cero fichando por el Elche de Segunda.

Tuvo que familiarizarse a la fuerza con los centros médicos, las duras sesiones de quimioterapia y sus inevitables efectos secundarios. Extirpado el primer tumor, le ganó la batalla a las células cancerígenas y retomó su vida deportiva tras cuatro meses de inactividad. El meta de Porriño volvía a disfrutar otra vez del fútbol, fichaba por el Hércules y se sentía nuevamente titular en un proyecto importante.

La carrera del meta la marcan los graves problemas de salud que ha superado

El caso es que un rutinario análisis de sangre en enero de 2007 confirmaba la reactivación de la enfermedad. 'Se llevó un palo muy grande porque estaba en un buen momento y la noticia le cogió desprevenido', recordaba Carlos Ortí, jefe de los servicios médicos del Hércules.

Aragoneses volvió a tratarse del mismo mal, un tumor en los testículos. Lejos de venirse abajo, el gallego superó el mal trago y retomó su carrera en el Numancia, siendo partícipe del último ascenso soriano a Primera en la temporada 07-08, aunque sin jugar ni un solo minuto.

Le había ganado la batalla a la vida, pero tenía aún una cuenta pendiente bajo palos, donde siempre se ha ganado las lentejas. Fue entonces cuando apareció la figura de Santiago Llorente, actual director deportivo del Tenerife y su valedor de antaño, el mismo que en su día lo fichó del Pontevedra siendo un auténtico desconocido.

El fichaje despertó muchas dudas en la afición blanquiazul, entre otras cosas porque, por razones obvias, la irregularidad de su trayectoria más reciente y el banquillo habían sembrado de incertidumbre su futuro en la élite.

En pleno reencuentro con su mejor versión, sufrió otro revés; la pancreatitis. Por tercera vez, el gallego afrontó el reto y de nuevo ganó la partida a la enfermedad, con tiempo incluso para recuperar la portería antes del cierre de temporada y vivir, esta vez por fin sobre el césped, su segundo ascenso con el Tenerife a Primera.

Casi una década después y en el mismo sitio donde se dio a conocer al fútbol español, Aragoneses vuelve al Bernabéu ajeno a cualquier complejo de inferioridad. Visto lo visto en su trayectoria más reciente, apela al carpe diem con más argumentos que nadie. Razones no le faltan.

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