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"La situación de China no es la ideal, pero no creo en el boicot"

ENTREVISTA A ALEJANDRO BLANCO, PRESIDENTE DEL COE. En plena cuenta atrás para los Juegos, es hora del primer análisis

M. ALBA/E. MARÍN/I. ROMO

Alejandro Blanco nos recibe en la sede del COE cuando apenas falta un mes para el inicio de los Juegos. Se le ve tranquilo, confía en el buen momento de nuestro deporte y, sobre todo, huye de esa percepción derrotista que se atribuye a los atletas españoles, como si un complejo de inferioridad invadiera a los nuestros en las grandes ocasiones. Serán unos 290 deportistas los que representen a España en Pekín, una cifra de la que presume el presidente del Comité Olímpico Español.

Sin embargo, hemos bajado unas 30 unidades respecto a Atenas...

Cierto. Allí pasamos de 320.

¿Y qué posibilidades reales de medallas tiene España?

Hay que ir paso a paso. Para hablar de medallas, tenemos que esperar al momento en que salgamos rumbo a Pekín. Porque puede haber lesionados. En Atenas tuvimos 19 medallas más 53 diplomas, es decir, en total, 72 deportistas clasificados entre los 8 primeros. Para hablar de opciones de medallas tenemos que citar a las chicas de sincronizada, Gómez Noya, David Cal, Isabel Fernández, Paquillo… gente que no se ha bajado del podio nunca.

Si España vuelve con 15 medallas, ¿será una decepción para usted?

No, nunca. Lo importante es llegar a los Juegos con opciones de medalla. Yo he estado en tres como presidente de judo. En Atlanta’96, nuestros judokas ganaron tres medallas y en Sidney’00 obtuvimos un oro. Cuatro años más tarde, en Atenas, llevábamos el mejor equipo de la historia, pero perdimos tres metales en los tres primeros días y el equipo se hundió. Yo creo que a los Juegos van dos tipos de deportistas: el que no puede ganar y el que puede ganar. El que no puede ganar, nunca gana. Y el que puede ganar… puede perder. A los deportistas no hay que volverles locos con números de medallas. Hay que darles confianza y luego, la competición decide. El caso de Isabel Fernández en judo es muy gráfico. Durante cuatro años nunca cometió errores, pero el fallo le llegó justo en los Juegos de Atenas. Le pasó lo mismo a Raña en triatlón: lo había ganado todo y ese día perdió. No hay que presionar a un deportista: el que más se presiona es él.

¿Cree que condiciona mucho que se consiga antes o después la primera medalla?

Sí. Las medallas animan. Un caso concreto es que en Sidney, los dos primeros días no hubo medallas y ya hubo declaraciones de personas muy importantes de este país, dos en concreto, los que tenían responsabilidades, poniéndose muy nerviosos. Esto creó un clima de incertidumbre. Los dos primeros días son muy importantes porque, si salen medallas, el equipo se impulsa.

¿Qué le falta al deporte español para estar al nivel de más de 30 medallas, con Italia, Francia, Alemania y el Reino Unido?

El análisis hay que hacerlo en relación con la inversión. Nosotros tenemos lo que tenemos. El Gobierno apoya al deporte, sin duda ninguna, y el CSD y las federaciones hacen un gran trabajo. Pero en alta competición, Italia tiene un presupuesto cuatro veces superior al nuestro. Y Francia, ocho veces superior. Tienen más base y más medios económicos. Así salen más resultados. Pero si analizamos la relación dinero frente a medallas, yo creo que España ha avanzado y se está consolidando. Las 30 medallas se pueden conseguir en Pekín. Podemos tener un resultado espectacular porque el deporte español ha tenido los mejores cuatro años de su historia. Pero también podemos quedarnos en 20 y en 15.

¿Cree que ser un país con diferentes autonomías es un hándicap o, al revés, un estímulo para la competencia interna?

Yo creo que en el deporte de alta competición no se ven grandes diferencias entre autonomías, porque la formación de los que realmente destacan la asume la federación española. El trabajo debe ser escalonado y coordinado por las federaciones. Quizá hay que ensamblar todo un poco más y no utilizar recursos de la base para la alta competición, ni al revés.

¿Preocupa la pérdida de nivel en los jóvenes, el descenso en el número de medallas que cosechan los júniors?

Este es un asunto interesantísimo, pero la cuestión es más amplia. A medida que la sociedad vive mejor, es más difícil que los jóvenes se interesen por actividades de gran dedicación. En los colegios el tema de la Educación Física ha bajado. Ahora hay más posibilidades de que un deportista que se quiera dedicar, llegue arriba, pero hay menos gente dispuesta al sacrificio. Por eso yo siempre digo que lo más importante de Barcelona-92 no fueron las 22 medallas sino que se cambió la mentalidad deportiva de este país. Si logramos los Juegos de Madrid-16, puede ser la gran oportunidad para que el deporte protagonice el gran salto que tiene que dar en la sociedad española.

Ya que ha hablado de Madrid-16, ¿le preocupa que Obama pueda impulsar las posibilidades de Chicago?

No. Tenemos una gran candidatura. Nos han puntuado con 8,1 y a Chicago, con 7. Lo importante es tener un buen proyecto y saber convencer a los miembros del COI. Londres llevó a Tony Blair. Y Tony Blair es Tony Blair.

¿Y quién va a ser el Tony Blair de Madrid?

La familia real. Es el estandarte de la candidatura. Y nunca les agradeceremos lo suficiente lo que han hecho por el deporte español.

El cambio de seleccionador en baloncesto, ¿afecta a las posibilidades de España en Pekín?

Yo soy un gran admirador de Pepu, pero Aíto también es un gran entrenador.

¿Qué crisis ha sido más grave? ¿La del tenis o la del baloncesto?

Tenemos 59 federaciones y estos dos problemas, que han coincidido en el tiempo. El asunto del tenis ya está resuelto. Pedro Muñoz ha hecho un buen trabajo y ha cometido un error, que fue el de mandar los sms. Lo ha reconocido y ya ha dicho que no se presenta a la reelección. El asunto queda resuelto.

Cambiamos de cuestión, ¿cómo vive el asunto del himno?

Con nostalgia. Porque en la Eurocopa de fútbol vimos cómo los demás países cantaban su himno. Aquí tuvimos la mala suerte de que alguien lo filtró a un medio.

¿Volverá a poner en marcha el proyecto?

La idea está aparcada, pero en su momento volveré a hacer gestiones y, si se puede plantear, lo plantearé otra vez. Debe ser un asunto que genere unión, no rechazo. Es curioso: recibimos un total de 7.000 letras y el día que cerramos el asunto llegaron otras 500 para un segundo concurso, algunas, de compositores famosos de este país. Cuando llegue diciembre, sondearemos otra vez.

¿Cree que carecer de un himno con letra nos perjudica?

Hombre, no es lo mismo cuando se canta el himno haciendo ‘lo, lo, lo’ que escuchar a 20.000 espectadores cantando una letra. Esto lo han dicho deportistas y entrenadores. Quizá hay una paradoja. La idea del himno surge del deporte, de un ambiente alegre. Y es curioso que llega a la política, a lo serio, y la letra se ‘machaca’. Es que lo serio es el deporte.

¿La cuestión del himno ha sido el peor momento de su mandato?

No, el peor momento fue la historia de Jesús Rollán (fallecido en 2006). Vino al COE a pedir ayuda. No quería dinero. Sólo quería seguir en el agua, porque había dedicado 20 años de su vida al waterpolo.

En general, ¿piensa que el deportista español ha perdido el miedo al futuro?

Sí, porque se están preparando más. Tenemos 112 deportistas estudiando en el proyecto que iniciamos con la Universidad Camilo José Cela. Hay otro proyecto que nos ilusiona mucho ahora y es el de las ciudades olímpicas, extensiones de 14 o 15 hectáreas, en las que se puedan practicar unos 20 deportes, conjugando alta competición y deporte lúdico. Los trabajadores serían todos ex deportistas.

¿En qué momento está la lucha contra el dopaje?

Se ha avanzado mucho y aquí hay que ser muy serios. Tolerancia cero, sin duda. Ahora hay que salvar el problema del hockey femenino: la médico de la federación ya denunció irregularidades en el control.

¿Qué valoración hace sobre la posibilidad de un boicot a China?

Es evidente que la situación que se vive en China no es la ideal. Pero, precisamente, los Juegos pueden contribuir a que el país siga dando pasos hacia una situación de libertad y de respeto a los derechos humanos. Nosotros no podemos juzgar una situación política. Es potestad de los estamentos políticos. Ni siquiera nos hemos planteado la posibilidad de un boicot, entre otras cosas por respeto a todos los deportistas que llevan cuatro años preparándose.

Las apuestas, el ‘dopaje mental’ ¿puede ser tan peligroso como el otro dopaje?

Eso es adulterar la competición. Pero el dopaje de verdad puede terminar con la persona. La puede matar. Y el deportista es culpable del dopaje, aunque no es el máximo culpable. Cuando hay dopaje es porque el entorno lo ha propiciado. Y cuando se mercadea con la salud del deportista, eso es terrible.

¿Le preocupa la contaminación?

Sí. El COI hizo un comunicado afirmando que, en pruebas de larga duración y al aire libre, sí va a afectar. Se tomarán medidas, pero la temperatura, la humedad y la contaminación están ahí.

¿Qué van a tener de especiales los Juegos de Pekín?

Yo creo que las infraestructuras. Las instalaciones van a ser inolvidables. Y la competitividad, que va a ser tremenda, porque los chinos van a intentar ganar el máximo de pruebas.

En este sentido ¿no recuerda un poco China a la Europa del Este?

Hombre, en China lo tienen muy claro. Su apuesta en el mundo es a través del deporte, y es así como quieren promocionar su nación. Han hecho una inversión muy fuerte durante muchos años. Lo vamos a ver.

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