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Soldado templa los nervios de Mestalla

El delantero iguala a última hora el gol de Muniain para el Athletic

SALVA TORRES

Mestalla recibió de uñas al Valencia. Y el Valencia lo notó. Entre la presión de la grada y la del Athletic, el equipo de Emery pasó un calvario. Tuvo un par de chispazos al inicio, pero pronto se vio preso de los nervios al que le sometieron los pitidos desde la grada. Balón que cogía Ricardo Costa, balón que era silbado. Y cada vez que los valencianistas miraban hacia atrás, más silbidos. En esas condiciones, al Valencia no le quedó otra que apretar los dientes y esperar. Esperar a que Soldado salvara los muebles que Muniain estuvo a punto de robar con un golazo que hizo presagiar lo peor.

El Athletic pudo adelantarse en el marcador, pero se encontró con un gol anulado a Susaeta y un cabezazo de Llorente al poste. Tuvo a favor la presión de Mestalla hacia su equipo, y a rebufo de ese mal ambiente se fue sintiendo superior. Pero como Athletic y Valencia son ciclotímicos, fueron alternando las ocasiones y los postes. Iraizoz en un mal despeje a punto estuvo de protagonizar la jugada tonta de la noche. Jonas estrelló, con la portería vacía, el balón en el poste.

El Valencia jugó atenazado. Soldado y Feghouli no se entendieron en el saque de una falta, como tenían dificultades para entrar por las bandas Feghouli y Canales, que abandonó el campo lesionado. Fue un contratiempo más de los que tuvo que sortear el Valencia. Ni siquiera a puerta vacía marcaba. Jonas, en el arranque de la segunda parte, mandó a las nubes un pase de Piatti en boca de gol. Hablamos de dos equipos que, como aseguraban de los apaches, tanto cuando atacan como cuando se repliegan son impredecibles. Por eso son capaces de lo mejor y de lo peor en cuestión de minutos.

Así, a una cantada de Iraizoz le sucedía un lío con el balón de Ricardo Costa, y a un buen avance de Banega, una peligrosa incursión de Llorente. Y lo mismo que Jonas fallaba clamorosamente, le imitaba después Muniain.

Entre imprecisiones, lesionados (Gurpegui se marchó al poco de entrar) y juego trabado, el partido se fue solidificando. Ni el guante de Banega ni el de Muniain lograban desatascar el empate a cero. El Valencia, con todo, recuperó cierto brío, con Llorente ya sustituido. Un posible penalti de Amorebieta a Soldado cambió el sentimiento de la grada, que se puso a empujar al equipo y seguir silbando, ahora al árbitro. Fue el detonante que necesitaba el Valencia, que pasó de convaleciente a enfermo animoso. Tuvo unos minutos al Athletic contra las cuerdas, pero Muniain soltó amarras con un gol de bella factura. El pequeño gran jugador aprovechó un pasillo para marcar a media altura y bien colocado.

Mestalla volvió a rugir; de nuevo los silbidos, y de nuevo una presión de la grada que no se quitó en toda la noche. La salida de Aduriz, exrojiblanco y acostumbrado a amargar partidos a sus antiguos compañeros, a punto estuvo de dar sus frutos, pero su balón franco se fue contra el lateral de la red. Tuvo que ser Soldado, in extremis, quien marcara un gol desfibrilador. Pura taquicardia.

Valencia (1): Guaita; Miguel, Ricardo Costa, Víctor Ruiz, Mathieu; Feghouli (Pablo Hernández, m. 65), Topal, Banega, Canales (Piatti, m. 35); Jonas (Aduriz, m. 75) y Soldado.

Athletic (1): Iraizoz; Iraola (Gurpegui, m. 46) (Herrera, m. 60), Ekiza, Amorebieta, Aurtenetxe; Javi Martínez, Iturraspe, De Marrcos; Susaeta, Llorente (Toquero, m. 46) y Muniain.

Goles: 0-1. M. 72. Muniain coloca sin oposición un balón a media altura junto al poste. 1-1. M. 89. Soldado bate por bajo a Iraizoz. Árbitro: Clos. Amarilla a Soldado, Víctor Ruiz, Miguel, Javi Martínez, Iraola, Herrera e Iturraspe.

Mestalla: 30.000 espectadores.

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