Pelea, intensidad, tensión y goles. Todos los componentes de un partido marcado por la lucha por la permanencia. 'Si sumamos los tres puntos involucraremos a más equipos', decía Camacho cediendo presión al resto de rivales. No le faltaba razón, aunque para su mala fortuna no acertó en el pronóstico.

Cual día de la marmota, se repitió el patrón del partido de la primera vuelta que enfrentó a ambos equipos: debut de Camacho en el banquillo rojillo y primera victoria de la temporada de los asturianos. Ídem. Con la victoria de este domingo, los de Preciado acababan con la mala racha, que llevaba al equipo de cabeza a los puestos más calientes.

Osasuna salió fuerte. Pronto pudo marcar Plasil cuando el balón se paseó por el área pequeña sin encontrar rematador. O pudo ser Masoud quien tras una gran jugada personal se encontró de lleno con La Fuente. Pero en el fútbol el que desperdicia, la paga.

En apenas siete minutos los navarros sufrieron en la nuca el primer estoque. Como torero de excepción, David Barral. Tras un perfecto pase de Carmelo, se inventa un remate acrobático que no consigue atrapar Roberto. La plaza reclamaba faena. Pero la cuadrilla sportinguista estaba enchufada de cara a portería. Esta vez fue Diego Castro con un golazo por la escuadra.

No obstante, pronto volvía la emoción a las gradas cuando, tras una mano de Iván Hernández, Nekounam marcaba de penalti. El ambiente se caldeaba y al árbitro se le acumulaba el trabajo. Camacho lo tenía claro. Revolucionó el banquillo y planteó una alternativa más ofensiva. Pero no fue su tarde, ni la de los suyos. Pandiani, desde la frontal, mandó un disparo fuera. Delporte también tuvo la suya. Así, hasta el punto y final a la buena racha osasunista y la importante victoria sportinguista.