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La suerte del campeón

Un gol de Silva en el minuto 91 salva un soporífero partido condicionado por su inoportunidad

ENRIQUE MARÍN

Lo anunció Juárez, un futbolista con peinado de pijo, pero apellido de revolucionario: 'Vamos a intentar abollarle la corona a España'. Para los mexicanos, un pueblo orgulloso como pocos, ganar a La Roja ya era de por sí importante. Además, nunca lo han hecho en un partido oficial, otra motivación más. Y si a eso se le suma que lograrlo en el mítico Estadio Azteca conllevaba derrotar al campeón del mundo, para qué querían más.

Da igual que se tratara de un amistoso. Amistoso, por cierto, programado por el enemigo, pues la fecha para lucir por primera vez la estrella de campeón no pudo ser más inoportuna. Y eso que una gran acción de Xavi cuando la derrota parecía segura permitió a Silva empatar y salvar el honor. Fue, esta vez sí, la suerte del campeón.

A diferencia de cuando decidió la lista, Del Bosque hizo encaje de bolillos para dosificar a todos sus jugadores. Era lo mínimo exigible. A Villa lo dosificó tanto, que ni jugó. Pero la exigencia del partido y el máximo de cambios que le permitió FIFA (al final, siete, más el portero) tampoco le dieron demasiado margen de maniobra. De inicio, sólo alineó a dos jugadores del Barça, Puyol y Busquets, y tiró de los que más entrenamientos sumaban y menos minutos acumularon en el Mundial.

Los tres nuevos, Monreal, Bruno y Cazorla, completaron un once de garantías

Los tres nuevos, Monreal, Bruno y Cazorla, completaron un once de garantías, aunque Cesc no tuvo con quién asociarse y Llorente fue un islote. Con perfiles demasiado parecidos, Bruno y Busquets tampoco eran capaces de imponerse al animado centro del campo mexicano, donde el ex azulgrana Márquez se empleó sin miramientos. El tempranero gol del Chicharito Hernández aguó el experimento de Del Bosque, pues con el marcador a favor, los mexicanos, siempre preparados para la contra, exigieron demasiado a unos
futbolistas aún fuera de forma.

Cazorla pudo empatar, pero su tiro se fue al larguero, y Casillas evitó el 2-0 en un lanzamiento de Márquez. México no demostraba ser gran cosa, pero con juntarse y hacer transiciones rápidas le bastaba para mantener a La Roja, o lo que fuera, lejos de la portería de Ochoa. Después de un mes de vacaciones, sin reconocimiento médico, viaje de 12 horas, jet lag, a 2.200 metros de altura, a las cuatro de la tarde hora local, a 23 grados de temperatura y con muchísima humedad, ante una selección que celebra el Bicentenario de su país y con la oportunidad de derrotar al campeón del mundo. Las circunstancias no eran las más adecuadas para los jugadores, y especialmente para los del Barça, la columna vertebral de La Roja. Con Iniesta donde debía y Xavi en el banquillo, Cesc fue incapaz de reemplazarlos. Lógico que la estrella pareciera fugaz.

Del Bosque aprovechó el descanso para introducir cinco cambios, algunos sorprendentes, como el de Alonso por Cesc, pues España inició la segunda parte con Xabi, Busquets y Bruno, un trivote que ni Irureta en sus mejores tiempos. Además, las entradas de Navas y Silva por Mata y Llorente dejaban al equipo sin una referencia. De los del
Barça, siguió el mencionado Busquets, Valdés entró por Casillas y Ramos sustituyó a Puyol. Más tarde, Xavi relevó a Busquets y, minutos después, Piqué a Marchena y Pedro a Bruno. Un galimatías que no hacía sino embarullar un partido sin pies ni cabeza, donde el estilo sólo fue reconocible con cuentagotas y especialmente cuando entró Xavi, quien permitió a Silva marcar y denunciar así lo poco que jugó en Suráfrica.

La Roja estrenó su estrella justo un mes después de colgársela del pecho

No es una cuestión de afecto, escenario al que Del Bosque reduce los debates para evitar la confrontación, sino de respeto. Y la Federación, por encima del seleccionador, se equivocó al programar este amistoso y no ha respetado al Barça, principal proveedor de unos jugadores que, como es el caso de Villa, lleva tres meses esperando poder entrenarse a las órdenes de Guardiola. A Del Bosque le hubiera bastado con reconocer que él es un mandado y que el contrato firmado con México por Villar lo obligaba a llevar a los campeones del mundo.

La Roja estrenó su estrella en el estadio Azteca justo un mes después de colgársela del pecho en Suráfrica. De La Roja a La Roja y tiro porque me toca. Una pachanga no da para más y por ello no perder se puede considerar un buen resultado. 

1- México: Ochoa (Corona, m. 56); Juárez, Rodríguez, Moreno (López, m. 65), Salcido; Dos Santos (Elías Hernández, m. 65), Márquez (Aguilar, m. 56), Torrado, Guardado (Pinto, m. 69); Vela (Esqueda, m. 56) y Chicharito Hernández (Barrera, m. 46).

1 -España: Casillas (Valdés, m. 46); Arbeloa, Puyol (Ramos, m. 46), Marchena (Piqué, m. 65), Monreal; Busquets (Xavi, m. 61), Bruno (Pedro, m. 71), Cesc (Xabi Alonso, m. 46); Cazorla, Llorente (Silva, m. 46) y Mata (Navas, m.46).

Goles: 1-0. M. 12. Chicharito Hernández, que no está en fuera de juego, se aprovecha de un buen movimiento de Vela, se planta solo ante Casillas y le bate por el palo corto. 1-1. M. 91. Silva, a gran pase de Xavi.

Árbitro: Moreno (Panamá). Mostró tarjeta amarilla a Márquez, Cesc y Puyol.

Estadio Azteca: 105.000 espectadores. La selección mexicana hizo pasillo a España y la Copa del Mundo fue ofrecida a la grada por Casillas. 

 

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