El Atlético se siente importante. Es el único equipo español que sigue vivo en las tres competiciones en las que participa (Liga, Copa del Rey y Liga Europa). Al menos hasta hoy. Lisboa marcará esta noche cuánto dura ese estado de felicidad. El 0-0 de la ida en el Calderón deja todo en el aire. Un solo gol le puede valer.

Con la eliminatoria igualada y un antecedente histórico negativo para los rojiblancos (nunca han ganado en competición oficial en suelo portugués), Quique no va a tirar la casa por la ventana. El Atlético no asumirá riesgos. 'Vamos a jugar con mucha precaución', reconoció el técnico a la llegada de su equipo a la capital portuguesa. 'No hay favoritos, hay un 50 % de posibilidades por cada parte', añadió.

Pero con ese panorama, el acierto ofensivo del Atlético toma una relevancia altísima. A los madrileños, teóricamente les sobran argumentos en ataque, pero Quique no va a salir con todos. Forlán, por ejemplo, su máximo artillero, lleva una temporada que no está. Por baja forma o indolencia, el uruguayo no es el de la temporada pasada. Por eso, y porque Jurado demostró el lunes que su repertorio también incluye el gol, la alineación se prevé sin el Bota de Oro. Ya lo hizo en Estambul en la anterior ronda, frente al Galatasaray (luego se lesionó el Kun, entró Forlán y anotó en el último instante el gol decisivo).

Más preocupante es la baja de Tiago, el fichaje de invierno que ha cambiado la cara del centro del campo rojiblanco. No puede jugar en la Liga Europa y su plaza la ocupará Raúl García, una moneda al aire que a menudo sale cruz. Del otro fichaje de invierno, Savio, sigue sin haber noticias. Ocho millones después, Quique no confía en él. Ya es una evidencia.