El tardío aplauso a Hervelle

El gesto sintetizó la paradoja del Madrid. Messina, el verdugo de la propuesta de Hervelle, se fue hacia el belga para felicitarle por el castigo que le había infligido a su desorientado equipo. Un estado de ánimo del que se ha rehabilitado Hervelle enBilbao. Ayer, ante los que aplaudían su vuelta con otra camiseta a Vistalegre, los mismos que no veneran todas las decisiones de Messina, el belga aportó todo lo que adolece el juego interior del Madrid en las últimas semanas: puntos (16),rebotes (11), asistencias (8) y tapones (3).

Una excelsa valoración (33 puntos), la que le valió el MVP de la jornada, que se cinceló en el tercer cuarto. En esos diez minutos, su asociación con Warren (56-57, m. 26) y su sintonía añeja con Mumbrú destaparon una carencia, la irregularidad, que se está convirtiendo en el mal endémico del Madrid.

Hasta entonces, los de Messina habían manejado cómodas ventajas pero sin ofrecer una patrón sólido. Un juego a rachas que les debilita en cuanto el rival apuntala un par de soluciones. Le ha sucedido ante elMaccabi y Montepaschi, en la Euroliga, y el déficit volvió a aparecer ante el Bilbao.

La continua búsqueda en la rotación blanca sólo encontró un líder cuando el marcador (60-75, m. 32) adelantaba la segunda derrota en Vistalegre. Apareció Llull, entre la bronca deEttore y el desánimo en la cancha, pero su solución de urgencia (11 puntos, en los últimos 8 minutos) no privó a Hervelle del aplauso sincero y tardío de Messina.