Este artículo se publicó hace 17 años.
Tres partidos suspendidos en Italia tras la muerte de un aficionado
El último episodio de una jornada cargada de violencia ha sido el asalto de unos 200 hinchas del Roma a un cuartel de Policía en la capital italiana.
Un seguidor del Lazio ha muerto en una refriega entre hinchas de dos equipos italianos, el Lazio y la Juventus, en un área de servicio en la autopista A1, cerca de la localidad de Arezzo. Según la agencia italiana Ansa, la víctima fue alcanzada en el cuello por un disparo accidental de un policía que intentaba separar a los aficionados. Los tifossi iban de camino a Milán para presenciar el Inter-Lazio, que se ha suspendido, como el Atalanta-Milán y el Roma-Cagliari. La suspensión del último partido ha provocado la reacción airada de 200 hinchas, que han asaltado con violencia un cuartel de la Policía en la capital italiana.
Gabriele Sandri, que tenía antecedentes de violencia, era un joven de 26 años de edad y falleció inmediatamente como consecuencia de un disparo que recibió cuando viajaba de pasajero en un coche que se dirigía a Milán para presenciar en directo el Inter-Lazio de esta jornada, según informaciones de la agencia ANSA.
Todo comenzó cuando varios aficionados se enzarzaron en una pelea en un área de descanso de la autopista A1 a su paso por la ciudad de Arezzo, punto de paso entre Roma y Milán y entre Parma y Turín. Casualmente, aficionados del Lazio, que jugaba en Milán ante el Inter, y la Juventus, que lo hace ante el Parma, coincidieron en el lugar y tras increparse e insultarse, dio comienzo una batalla campal, que acabó fatalmente.
La policía intervino para resolver la situación y en su intento, uno de los agentes disparó al aire para asustar al tumulto y separar a ambos lados. Sin embargo, la mala suerte propició que el disparo acabara alcanzando a este aficionado, que acabó muriendo. Ahora, las investigaciones están abiertas para esclarecer lo ocurrido.
Diferencias en la Policía e Interior
Vincenzo Giacobbe, jefe de la policía de Arezzo, no ha confirmado que la muerte de Sandri se debiese al disparo accidental de un agente del orden, algo que, en cambio, el ministro del Interior parece confirmar.
"Se intentó calmar la situación realizando dos disparos al aire, de carácter intimidatorio. Una bala alcanzó por el cuello a Gabriele Sandri. Aún no es seguro que el disparo que le ha matado haya sido del arma de un policía", ha comentado Vincenzo Giacobbe, en conferencia de prensa en Arezzo.
Según el jefe policial de Arezzo, ya se "ha encontrado el casquillo, pero aún no la punta del proyectil que ha alcanzado" a Sandri: "Seguimos buscando pues se ve un agujero de entrada del proyectil en la luneta posterior del coche, pero no hay uno de salida. Existe una investigación en curso".
Por su parte, el ministro del Interior, Giuliano Amato, en Roma, ha definido como un "trágico error" lo acontecido, señalando que todo hace indicar a que el disparo partió del arma de un policía. "Aún se está verificando la dinámica exacta de lo ocurrido, pero parece tratarse del trágico error de un agente que había intervenido para evitar que una pelea entre seguidores pudiese ir a más", apuntó Amato.
Según el ministro del Interior, es también "de extrema gravedad que tras la muerte del seguidor lacial se hayan verificado en distintas ciudades incidentes entre los aficionados y las fuerzas del orden". "También es muy grave que aún hoy, en lugar de realizar un digno silencio de pésame por la muerte de este joven, algunos haya encontrado la forma de causar nuevos incidentes", añadió.
Aplazados el Atalanta-Milan y el Roma-Cagliari
Minutos después de producirse el trágico suceso, los "ultras" del Atalanta, con lanzamientos de bengalas y roturas de una zona de las vallas de protección que separa las gradas del terreno de juego, han obligado a parar y, después, suspender de forma definitiva el partido liguero que su equipo estaba disputando en casa ante el Milán.
El partido, iniciado bajo una fuerte tensión por la muerte, este mediodía de un aficionado del Lazio, ha durado apenas siete minutos. El tiempo en que el colegiado ha decidido la suspensión del mismo.
Todo ello propiciado por la violenta reacción de los "ultras" del Atalanta, ubicados detrás de la portería que ocupaba el meta de su equipo, y quienes ya desde minutos antes del comienzo del partido pidieron que el partido no empezara.
Luego, al ponerse el balón en juego, los "ultras" del Atalanta obligaron en dos ocasiones a interrumpir el mismo con lanzamientos de bengalas al terreno de juego, la primera de ellas apenas disputados cuarenta segundos de juego.
Al ver como el partido seguía, pese a seguir siendo solicitado desde la curva la suspensión (el resto del estadio se mostraba espectante), los "ultras" iniciaron a intentar subirse a las vallas, en una de las cuales abrieron una amplia brecha a golpes. Ante ello, el colegiado decidió parar momentáneamente el partido, lo que aprovecharon los jugadores del Atalanta para ir a dialogar con sus "ultras", en el intento de calmarles.
Pero tras ver como los aficionados no estaban dispuesto a dar marcha atrás a su deseo de que el partido se suspendiese, los jugadores del Atalanta fueron a hablar con el árbitro, quien tras consultar con ambos equipos y los representantes de las fuerzas del orden, ha decidido enviar a los jugadores de uno y otro equipo a los vestuarios.
El partido Roma-Cagliari que se debía jugar esta noche ha quedado también aplazado, a fecha aún por determinar. La decisión de aplazar el Roma-Cagliari ha sido adoptada por el gobernador civil de la capital romana, al ser considerado un partido de "alto riesgo", con dos aficiones que en el pasado han creado incidentes violentos.
200 hinchas asaltan un cuartel policial en Roma
El último episodio de un largo día de violencia en Italia ha sido el asalto de unos doscientos seguidores, presuntamente del Roma, a uno de los cuarteles que alberga al sector móvil de la policía en la capital italiana tras la suspensión del partido de Liga que esta noche tenían que disputar el Roma y el Cagliari.
Según medios locales, un grupo de unos doscientos seguidores, algunos con el rostro cubierto y armados con piedras y bates, se encaminó hacía el cuartel de la policía, procediendo a quemar vehículos, a romper las barreras de protección y cristales del edificio. El ataque motivó la inmediata reacción de los agentes del orden en servicio, los cuales se vieron obligados a lanzar gases lacrimógenos y efectuar cargas para evitar la acción de los "ultras".
Dos de los asaltantes, un hombre y una mujer, que llevaban los rostros cubiertos y estaban armados con bates, han sido inmediatamente arrestados. El incidente ha tenido lugar cuando todo hacía indicar que había vuelto la calma a los alrededores del estadio Olímpico de Roma, donde se tenía que jugar el partido y donde se produjeron antes una serie de agresiones de los aficionados romanistas a las fuerzas del orden. A la agresión de los seguidores de la capital de Italia contra los agentes de policía en las cercanías del estadio, según medios locales, también se habrían unido grupos de aficionados laciales, rivales del Roma.
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