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Un ‘tsunami’ del que nadie escapa

Taxistas, camareros, enfermeras, empleados de hotel y policías, entre los afectados por un partido que siempre excede el ámbito del deporte

IGNACIO ROMO

El clásico no muere en el deporte. Su impacto excede la competición y resuena en la sociedad, en el tejido económico de la nación. La hostelería, los transportes, las fuerzas de seguridad, hasta la sanidad queda afectada por el Barça-Madrid, un choque que impacta de lleno en la actividad del país.

Silvia Figueiras, del innovador Hotel Puerta de América de Madrid, explica los planes especiales para hoy. 'Nosotros casi nunca ponemos la pantalla grande en el bar de abajo. Es un lugar especial, de cócteles, con carta de tapas y allí no ponemos nunca pantallas de televisión. Sin embargo, hoy sí la vamos a colocar. Es uno de esos días especiales, pueden ser dos o tres al año', señala.

El Barça-Madrid impactará directamente en el volumen de negocio del hotel, según Figueiras. 'Los días de partidos se aloja más gente aquí. Es lógico. Y también, según el resultado, hay gente que se toma algo y luego toma la decisión de quedarse a dormir después del partido', cuenta la directiva del hotel.

El transporte es otro de los grandes afectados por el clásico. Los autobuses sufren un lleno inusual justo antes del choque y un vaciado posterior durante las dos horas aproximadas de duración del partido. José María Sánchez, taxista de Barcelona, explica a este diario que en su sector siempre se nota el impacto de un duelo deportivo como el de esta noche. 'Y en un partido de este tipo, da igual que se celebre un domingo o un lunes, porque se nota igual: la facturación crece'.

¿Cuánto puede aumentar la recaudación de un taxista coincidiendo con un Barça-Madrid? 'Yo diría que antes del partido puede subir en un 15% lo que recaudes en el taxi, pero después del partido se dispara, sobre todo si gana el Barça', se apresura a matizar José María, un culé declarado. 'Si gana el Barça eso significa, bares, copas, fiesta y celebración. Y ahí sí que la gente tira del taxi', concluye.

La recaudación también tiene su punto bajo. 'Mientras se celebra el partido, el bajón de la demanda es tremendo, pero aun así son muchos los taxistas que no ven el partido y lo escuchan por la radio. Hoy en día, perder dos horas de trabajo es un lujo que muchos compañeros no se pueden permitir', señala este taxista, antes de recordar que también hay muchos profesionales que 'pasan del fútbol'. 'Es llamativo, pero yo diría que al 50% de los taxistas de Barcelona no les interesa este partido ni ninguno'.

El clásico no parece tener un impacto económico tan decisivo fuera de las dos ciudades implicadas en el duelo. Manolo, uno de los encargados de la Bodega Santa Cruz, en Sevilla, desmiente que allí el clásico sea un gran acontecimiento. 'Vamos a ver, aquí lo gordo, gordo, lo que abarrota el bar es un Sevilla-Betis, ahí sí que hay más cachondeo y sí se anima el negocio de forma especial, pero como ahora el Betis está en Segunda... pues nada, no hay derbi'.

'Aquí en Sevilla, un Barcelona-Real Madrid se ve como un partido más, no tiene tanta trascendencia. Hay dos situaciones totalmente diferentes. Si el partido se da en abierto, no viene al bar ni dios. Pero si es de pago, como es el caso del choque de esta noche, sí que habrá gente'. A Manolo no le agrada especialmente este partido. 'Es que yo lo veo más como una molestia. Para nosotros va a ser un rollazo. Yo lo que quiero es que pase pronto y ya está', concluye con un fastidio claro en su timbre de voz.

Las discotecas también recibirán el impacto del clásico. Desde el local Luz de Gas, una de las referencias de la noche barcelonesa, Eulalia indica que 'durante el partido no habrá nadie en la discoteca, eso seguro, además no lo damos por televisión, pero después sí habrá animación', reconoce.

Las discotecas de Madrid experimentarán un efecto similar. Lili, una empleada de Pachá, explica que en este caso no notarán nada. 'Es que nosotros no abrimos los lunes', explica entre risas. Su local abre a las doce de la noche, por lo que nunca emiten fútbol en directo para los clientes.

David, un agente de la Policía Nacional de la comisaría del distrito Centro de Madrid, rehusa ofrecer datos acerca de la incidencia de delitos antes, durante o después de un choque de este tipo. 'Yo no puedo contestar a esa pregunta', señala por teléfono.

Por sorprendente que parezca, los trabajadores de la sanidad también perciben el impacto de un partido de la entidad de un Madrid-Barça. ¿Es que la gente no enferma durante estos partidos? Falso. ¿Es que la gente acude menos a los servicios de urgencia cuando se juega un clásico? Verdadero.

Gema, una enfermera de Urgencias del área de la Sierra de Guadarrama (Madrid), explica que el impacto es sorprendente. 'Claro que se nota. Y no sólo en los partidos muy importantes. Cuando hay fútbol, el ritmo de llegada de pacientes a Urgencias se desploma'. ¿Cómo de grande es esa disminución? 'Se nota mucho, yo diría que sólo viene un 25% de lo que sería normal'. Además, los pacientes tampoco son los habituales. 'Hay una cosa que está clara: durante los partidos, sólo vienen mujeres al centro' señala esta profesional de la salud.

Al acabar los partidos, la situación varía. Según indica Gema, 'después del fútbol esto se llena otra vez. Vienen los hombres y algunas mujeres que han esperado para que les acompañen sus maridos'. Entonces, la normalidad vuelve a los hospitales porque el tsunami, en este caso, una oleada de calma, ya ha pasado.

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