Este artículo se publicó hace 14 años.
Villa, los goles de una Roja que destiñe
El Guaje solventa un estilo que se diluye sin Iniesta, Silva y Cesc
Enrique Marín
Sin Iniesta (malgastado), sin Silva (señalado) y sin Cesc (infravalorado). Sin estos tres jugones La Roja destiñe y es una más. Jugar con dos medios centros (Busquets y Alonso) no es un debate, sino una apreciación táctica cuando enfrente se tiene a rivales inferiores y que ejercen de ello. Piqué, en sus ansias por defender a Sergio, dio en el clavo: “En el Barça Busi ha sentado a Touré en partidos importantes”. Claro, le sentó, no se puso a su lado. Para ganar a Honduras bastaba con sacar a once y que Villa cargara su fusil. Para hacerlo con el sello de La Roja, no. España jugó a crear ocasiones, quizás el camino más corto, pero no el que le llevó a la gloria. ¡Engaño de bandas!
Del Bosque no tiene libro de instrucciones
Apelar a un estilo está muy bien, sobre todo si éste tiene que ver con la posesión del balón, su buen trato y con la mirada puesta en la portería rival. Mas, puntualicemos: del mismo modo que Aragonés se encontró a los jugones, Del Bosque ha heredado la mejor selección de la historia, aunque sin el libro de instrucciones. El fútbol español nunca le agradecerá lo suficiente a Koeman haber fulminado a Albelda del Valencia e impedir que para Luis fuera indiscutible. Lo mejor que había hecho Del Bosque era no hacer nada, pero ayer volvió a enredar y se cargó ese estilo que dice defender, pero que no entiende. Con lo bien que estaba quietecito...
Se abonó Clemente y adiós estilo
Y siguiendo con el estilo, leo a Clemente en Marca afirmar sobre España que “no hay que cambiar de estilo”. Viniendo de quien viene, semejante afirmación asusta. “Somos la envidia de medio mundo”, añade Javi. Las vueltas que da la vida. El apóstol del ganar como sea, del patadón y tentetieso o del que quiera espectáculo que se vaya al circo, se abona a la España de los jugones, esos a los que él nunca hubiera convocado para la selección. No es que Clemente se haya convertido, sino que bajo la milonga del estilo se esconde mucho farsante que no entiende a qué juega La Roja. La auténtica, no el sucedáneo de ayer.
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