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Villa riega la flor de Del Bosque

ENRIQUE MARÍN

Dice un amigo que España tiene solomillo, pero que el cocinero sólo sabe hacer churrasco. El caso es que La Roja tampoco fue ayer La Roja, aunque ya es semifinalista. Paradójico que con siete jugadores del Barça-ocho si ficha a Cesc- , Guardiola estuviera en la grada. ¿Qué le pasaría por la cabeza a Pep viendo jugar a los suyos tan mal? Ah, no, que España es semifinalista de un Mundial 60 años después y todo deben ser elogios hacia Del Bosque. Mientras Villa riegue su flor con goles... Por cierto, Vicente por fin se atrevió a quitar un medio centro. Xabi Alonso pudo llevarse la gloria y acabó en el banquillo. Sí, el héroe fue Casillas.

Los brotes rojos fueron pisoteados

Los primeros brotes rojos que afloraron contra Portugal fueron pisoteados por el buen, pero previsible, planteamiento de Martino. Los mismos o parecidos problemas que plantearon Suiza, Chile y Portugal, aunque incrementados por la buena salida a la contra y por La Roja no creaba nisiquiera ocasiones aislada. Con las líneas muy separadas, intentando llegar por fuera, sin crear superioridades y los dos puntas muy lejos del área. El partido pedía a gritos a Cesc, y sólo al inicio de la segunda parte Del Bosque se animó a darle entrada por Torres, otra vez el sacrificado.

Alemania lo tuvo chupado

La crítica más saludable es siempre la apriorística. Ya saben, prevenir mejor que lamentar. Aquella que no está condicionada por lo que ha pasado, ni sujeta al compadreo. Ahora es fácil atizar a Dunga y a Maradona. Con uno, Brasil traicionaba su estilo, pero eso no importaba mientras ganara. Con otro, Argentina era un disparate táctico, aunque lo disimulaba con goles. Si Alemania humilló a la albiceleste es porque juega como un equipo y no como una comparsa de defensas y delanteros. Con perdón de las damas, que diría Maradona, Alemania lo tuvo chupado.

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