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ACS ingresará casi 500 millones con la salida
a bolsa de Saeta,
su filial de renovables

El grupo de Florentino Pérez cierra la refinanciación de su deuda 

El logo de ACS en los paneles de la Bolsa de madrid, en el decimoquinto aniversario de la cotización de la empresa de construcción y servicios.

REUTERS

MADRID.- Saeta Yield, la división en la que la constructora ACS ha agrupado buena parte de sus activos renovables, ha fijado el viernes el precio para su salida a bolsa el próximo 16 de febrero en 10,45 euros, valorando la compañía en 852 millones de euros.

El grupo anunció el precio en el mínimo de la banda indicativa que iba de 10,45 a 12,25 euros por acción el mismo día que refinanciaba deuda con un nuevo sindicado bancario por 2.350 millones de euros en dos tramos.

El acuerdo permitirá extender los vencimiento de los créditos y reducir el coste de financiación (la financiación anterior del préstamo principal contemplaba una prima de 350 puntos básicos), aunque ACS no detalló el acuerdo en su comunicación.

El grupo busca reducir sus elevados ratios de apalancamiento tras la voracidad inversora de los últimos años con algunos intentos fallidos, como su asalto a Iberdrola, del que salió con pérdidas sustanciales.

Con la salida a bolsa de Saeta, el grupo podrá desconsolidar parte de la deuda.

La nueva financiación se estructurará en dos tramos, uno de 1.650 millones de euros de préstamo y 700 millones de euros de liquidez inmediata, que el grupo utilizará para cancelar un sindicado por 1.430 millones de euros y tres créditos para comprar acciones de Hotchief por 694,5 millones. El nuevo préstamo tendrá vencimiento en 2020.

Desconsolidar deuda

La oferta inicial de Saeta consta de 41,6 millones de acciones, el 51 por ciento del capital de Saeta, aunque podría ampliarse en unos 4,1 millones de acciones hasta 45,76 millones de títulos (56,10 por ciento del capital), si los bancos ejercen el llamado "greenshoe", un tramo reservado en caso de exceso de demanda.

Además, en paralelo ACS venderá a Global Infrastructure Partners (GIP) entre 17,8 y 19,09 millones de acciones (entre un 21,8 y un 24,4 por ciento del capital) de Saeta.

Con la OPV y el greenshoe, ACS podría ingresar unos 478 millones de euros.

A este importe se sumará el dinero que desembolsara GIP por su paquete de acciones.

Al final de la OPV y la venta a GIP, ACS se quedaría con un 24,4 por ciento de Saeta, aunque el ejercicio de la opción del "greenshoe" podría reducir esta participación al 22 por ciento.

ACS ya había hecho oficial a mediados de enero que iba a sacar a bolsa su división de energía renovable bajo el nombre Saeta Yield, que comprende 19 plantas de energía renovable en España con 689 MW de capacidad instalada.

Según analistas consultados, la operación servirá para que la constructora presidida por Florentino Pérez saque definitivamente de su balance una buena parte de la deuda (798 millones de euros) adherida a estos activos renovables. Durante varios años, ACS ha mantenido como clasificado para la venta su negocio de renovable, cuya deuda total de más de 2.000 millones no computaba en el pasivo neto del grupo.

En el futuro, Saeta Yield podría incorporar más activos energéticos en manos de ACS, sobre los que tiene un derecho de compra preferente. En esta cartera, figuran 13 activos de generación de energía renovable por un total de 554 MW y 400 kilómetros de líneas de transmisión eléctrica en Perú.

Los coordinadores globales de la operación son BofA Merrill Lynch, Citigroup y Societe Generale, con Santander y HSBC en la función de 'joint bookrunners' y Key Capital Partners como asesor financiero.

Si la colocación tiene éxito, podría tener un impacto positivo en la cotización de rivales como Acciona, que también tiene intención de lanzar una filial de alta rentabilidad en Estados Unidos junto con el fondo de inversión KKR.

Las 'yieldco'

La endeudada Abengoa fue la primera en señalar el camino con la colocación en el Nasdaq el pasado verano de Abengoa Yield, atrayendo a los inversores con el cebo de repartir en forma de dividendo los ingresos regulados que ofrecen los activos en energía renovable.

Poco después, Acciona, la compañía más castigada por la reforma energética en España, plasmó un acuerdo con el grupo de capital privado estadounidense KKR para relanzar su negocio internacional de energía con vistas a colocarlo también en la bolsa neoyorquina.

Estas operaciones coinciden con un cambio en la visión del negocio renovable en España después de la incertidumbre regulatoria de la reforma del sector eléctrico español, que introdujo fuertes recortes de ingresos a las empresas e instauró un nuevo marco para la retribución de los activos.

A esto se une la estabilización de la economía española tras largos años de crisis económica que han devaluado los activos de distintos sectores.

"El mercado está cambiando su percepción hacia los activos de renovables, que identifica ahora como de ingresos recurrentes, dividendos sostenibles y crecientes", señaló Álvaro Navarro de Intermoney, aunque recordó que no hay que obviar variables como el riesgo regulatorio y la mayor presión de los precios del petróleo y el gas. 

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