Este artículo se publicó hace 2 años.
El alto tope al precio del gas fijado por Bruselas, un jarro de agua fría para España
Los de Ursula von der Leyen ponen cifras a una de las medidas energéticas más esperadas: un límite al precio de gas que se fija en 275 euros por megavatio/hora. Ribera avisa de que opondrá con contundencia.
María G. Zornoza
Madrid-Actualizado a
La Comisión Europea ha presentado este martes una de las medidas energéticas más esperadas: el tope al precio del gas. Bruselas rebaja las expectativas de países como España y presenta una propuesta legal que fija en 275 euros el precio por megavatio/hora. Es la fórmula que han cocinado los expertos del Berlaymont para que el nuevo marco legal salga adelante y cuente con el apoyo de los Veintisiete. La cita clave será el Consejo de Energía extraordinario previsto para el próximo jueves. Este mecanismo de corrección de mercados es una herramienta de emergencia prevista para situaciones extremas. Pero su poca laxitud hace difícil que se den las condiciones para su puesta en marcha.
'Nos parece que para esa referencia [de precio] es mejor no hacer absolutamente nada
Por ello, la tan esperada y postergada medida ha caído como un jarro de agua fría en nuestro país. "Nosotros nos vamos a oponer con contundencia, con rotundidad, nos parece que para esa referencia [de precio] es mejor no hacer absolutamente nada", ha valorado Teresa Ribera, vicepresidenta a cargo de Transición Ecológica.
Tras semanas y meses pulverizando récords, los precios del gas continúan cayendo desde agosto. La reducción de la demanda, la búsqueda de mercados alternativos o la propia concienciación de los ciudadanos han echado el freno de mano a una situación que había llegado a un punto casi límite. A finales de agosto, el precio de referencia del mercado de futuros, el Title Transfer Facility (TTF) holandés, marcó un récord de 349 euros el Megavatio/hora. En estos momentos se fija en 116 MWh, por debajo de hace unos meses pero muy por encima de los 15 euros que marcaba hace dos años. Esta calma tensa ha rebajado la sensación de urgencia en la capital comunitaria.
El mecanismo presentado este martes por el equipo de Ursula von der Leyen cuenta con una paradoja. Durante el momento más crítico de este año, cuando los precios de la energía fluctuaron entre los 200 y los 300 euros no podría haberse activado. La Comisión Europea protege el mercado con dos condiciones estrictas que dificultan su puesta en marcha: el precio del gas debe superar los 275 euros/MWh durante dos semanas y que exista un diferencial de 58 euros entre el TTF y el mercado global de Gas Natural Licuado (GNL) durante diez días.
España y los países más ambiciosos se preparan ahora para negociar la propuesta que acaba de ver la luz
"El tope presentado parece muy alto. No es ningún secreto. La clave es que la propuesta se ha presentado. Y eso es positivo", analizan fuentes diplomáticas. España y otros 14 Estados miembros como Francia o Italia enviaron hace unos meses una carta a Bruselas pidiendo un límite al gas. Pero la Comisión Europea se resistía a dar este paso. La lentitud europea estaba generando una situación de hartazgo y tensión en muchas capitales. "El asunto ya se había calentado mucho", reconocen. España y los países más ambiciosos se preparan ahora para negociar la propuesta que acaba de ver la luz. Los de Pedro Sánchez asumen que habrá negociaciones intensas y que el texto sufrirá importantes modificaciones. "Vamos a negociarlo. La fidelidad [a un texto presentado por la Comisión] es inusual. Las cosas cambian muchísimo", explican las mismas fuentes.
Con más del 92% de las reservas de gas llenas para este invierno, los temores de la UE se trasladan ya a la próxima primavera, cuando los almacenes deberán alimentarse de nuevo y sin gas ruso. El invierno para la temporada 2023-2024 es ya la gran preocupación de la capital comunitaria. Para justificar su descafeinada apuesta, el Ejecutivo comunitario alega que los precios del gas pueden volver a dispararse en los próximos meses cuando se produzca una alta demanda.
Calmar a Alemania
"El mecanismo está cuidadosamente diseñado para ser efectivo y para no poner en peligro la cadena de suministro, el funcionamiento del mercado energético europeo o la estabilidad financiera", ha explicado Kadri Simson, comisaria de Energía. La estonia ha insistido en una rueda de prensa desde Estrasburgo en que toda medida debe respetar las "condiciones para la seguridad de suministro", es decir, un mensaje velado hacia Alemania.
El canciller Olaf Scholz se ha opuesto a cualquier intervención al mercado energético por miedo al desabastecimiento. Unas resistencias que también se han dejado notar en Países Bajos o Dinamarca. "Es un mecanismo ponderado. Tenemos que conseguir el consenso. No es la panacea pero es un instrumento al que recurrir si hace falta", ha resumido Simson. Una de las grandes preocupaciones de Bruselas para dibujar esta arquitectura es que los barcos de GNL, del que es cada vez más dependiente, se redirijan a otros mercados como el asiático, donde no existen estos topes.
La patata caliente pasa ya al Consejo de Energía, que prevé aprobar el mecanismo de solidaridad y el de compras conjuntas. Sin embargo, no se espera que los 27 aprueben este reciente mecanismo de corrección de mercados, sino que se reducirá a un debate y una toma de temperatura. La ambición es que las capitales lleguen lo más cercanas posibles a la cumbre de líderes europeos del próximo 15 y 16 de diciembre. De aprobarse antes de que concluya el año, el límite al precio del gas podría entrar en vigor el 1 de enero.
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