La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) prevé un "estancamiento" de la economía española para el último trimestre del año, que se agudizaría durante el primero de 2023, siguiendo una tendencia similar a la del resto de países europeos. Cristina Herrero, presidenta de AIReF, ha advertido este martes que esta parada vendrá acompañada de una "recesión técnica" durante los primeros meses del próximo año. Este pronóstico viene motivado por el cierre en negativo del PIB que se espera para los dos siguientes ejercicios trimestrales. 

El pronóstico de la Autoridad Fiscal contrasta con las previsiones de otros organismos que, sin negar una notable desaceleración de la economía española el próximo año, descartan que se pueda llegar a la recesión. Es lo que asegura el Fondo Monetario Internacional, que coloca a España entre los países que esquivarán un PIB negativo; para el organismo internacional, la economía española crecerá un 1,2%, cifra cercana a la estimación del Banco de España, que calcula un crecimiento anual del 1,4%. La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) comparte, en cambio, este pronóstico negativo: calcula que el PIB sólo crecerá un 0,7% en 2023, pasando igualmente por una breve fase de recesión técnica. El Gobierno, por su parte, prevé un crecimiento del 2%.

La AIReF ha insistido en que, pese a la resistencia de la economía española durante el primer semestre de 2022, gracias al rendimiento del turismo y a la creación de empleo, los indicadores más recientes vaticinan una paralización en el tercer trimestre y una caída para cerrar el año. "El crecimiento del PIB podría situarse en torno a cero o algo positivo, pero muy próximo al estancamiento", ha señalado la directora de la División de Análisis Económico de la AIReF, Esther Gordo Mora. Las siguientes fases, según Cristina Herrero, presidenta del organismo, pasarían por entrar en "terreno negativo". Sin embargo, la directiva tiene "dudas" de que esta sucesión de dos trimestres en negativo pueda suponer una "recesión" como tal.

De este modo, las primeras estimaciones para el último trimestre del año auguran una caída de entre el 0,2% y el 0,3% para la economía española. Aun así, la Autoridad Fiscal ha reconocido que el "muy intenso" deterioro del resto de economías de Europa puede llevar a "reevaluar" estas cifras. Durante el primer trimestre de 2023, las tasas serían similares a las del cuarto de 2022, aunque todo puede variar en función del contexto.

El "debilitamiento generalizado" del crecimiento global hace que las estimaciones para 2023 se revisen a la baja, mientras que la inflación se revisa, también de forma general, al alza. El deterioro de los mercados de exportación, los altos precios del gas y el aumento de los tipos de interés, junto con la revisión a la baja del crecimiento esperado para esta segunda mitad de 2022, justificarían las previsiones de caída del PIB español para 2023. 

Por otra parte, la AIReF ha advertido de que "las tensiones inflacionistas se están propagando a todos los componentes del IPC", puesto que el 70% de las partidas ya registran repuntes de más del 4%. Los efectos base sobre la energía y los alimentos restan seis puntos porcentuales al crecimiento del IPC en el promedio de 2023. En este proceso hay un "elemento peculiar" y es que "los salarios apenas están reflejando estas tensiones inflacionistas", lo que se traduce en una pérdida de la capacidad de compra de los hogares.