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El Banco de España certifica el parón económico y alerta de los riesgos de la incertidumbre política

El organismo supervisor rebaja sus previsiones para 2016 y 2017 y pronostica la ralentización del ritmo de crecimiento: cree que el PIB crecerá un 2,7% este año y un 2,3% el próximo.

Unos trabajadores montan un andamio en la fachada del edificio del Banco de España, en Madrid. REUTERS

PÚBLICO / EUROPA PRESS

MADRID.— El Banco de España advierte de que la economía española se ralentiza: asegura que España prolongará su actual periodo expansivo en 2016 y 2017, aunque a menor ritmo que el observado durante 2015, cuando el PIB creció un 3,2%. El organismo acaba de publicar sus nuevas proyecciones macroeconómicas para 2016 y 2017, y ha recortado una décima la previsión de crecimiento del PIB para este año, hasta el 2,7%. Para 2017, estima un incremento del 2,3%.

La autoridad monetaria desautoriza así al actual Gobierno en funciones, que aún mantiene que la economía crecerá un 3%. El Banco de España achaca el frenazo de la economía a algunos factores: la revisión a la baja del crecimiento mundial, el petróleo ya no baja tanto, el euro se aprecia y bajan las cotizaciones bursátiles. A todo ello hay que sumar el tono más expansivo de la política fiscal durante 2015.

Pero en opinión del Banco de España, también hay otra razón de peso: "la incertidumbre política". En este contexto, afirma que el balance de riesgos de este escenario ha empeorado "apreciablemente" en los últimos meses y, en clave interna, advierte de que las dudas acerca del curso futuro de las políticas económicas podrían incidir "negativamente" en las decisiones de gasto de los agentes privados, especialmente si la actual situación de "incertidumbre política" se prolongase en el tiempo.

Para la institución presidida por Luis María Linde, reducir la incidencia de estos riesgos requiere priorizar tanto la culminación del proceso de consolidación fiscal —los ajustes—, que resulta "esencial" para mantener la confianza, como perseverar en la aplicación de las reformas estructurales que reduzcan las vulnerabilidades de la economía española y permitan mejorar su capacidad de crecimiento futuro.

En el ámbito externo, pone el acento como riesgos a la baja en las recientes tensiones en los mercados financieros internacionales y en las debilidades a que se expone el crecimiento mundial y, en particular, en la fragilidad de algunos mercados emergentes. Asimismo, destaca que la intensificación de las tensiones geopolíticas en diferentes áreas representa una fuente adicional de riesgo para la economía mundial.

A pesar de todas estas incertidumbres, el Banco de España prevé un crecimiento del PIB del 2,7% este año, con un perfil ligeramente decreciente a lo largo del ejercicio, y estima que en el primer trimestre la economía española habría crecido un 0,7%, una décima menos que el 0,8% del trimestre precedente y en línea con la estimación del Ejecutivo.

A lo largo de 2016 y 2017, prevé que la expansión del PIB seguirá apoyándose en la demanda nacional, si bien sus componentes experimentarán una cierta moderación. El consumo de los hogares mantendrá un ritmo de avance elevado, apoyado en la buena evolución esperada del empleo y en algunos elementos de carácter transitorio como las recientes caídas del precio del petróleo, si bien la "pérdida de intensidad" de algunos factores temporales determinarán que el consumo se ralentice.

El Banco de España también espera una moderación de la inversión empresarial debido al debilitamiento de los mercados exteriores y al fortalecimiento del euro, así como de la demanda de las administraciones públicas, que moderará su crecimiento, en contraste con el elevado incremento mostrado en 2015, que ha llevado a elevar el déficit público hasta el 5,16% del PIB.

En cuanto al sector exterior, las exportaciones registrarán una "cierta pérdida de empuje" en el corto plazo, en línea con la evolución de los mercados exteriores, que se revertirá a finales de este año y a lo largo de 2017. Las importaciones, por su parte, vendrán determinadas por la evolución de la demanda interna, en un contexto en el que no se aprecia que se haya producido aún un proceso de sustitución de bienes de producción extranjera por otros de producción nacional.

En el mercado de trabajo, resalta que se continuará creando empleo ambos años a tasas elevadas en comparación con el crecimiento del PIB, en un entorno en el que los costes laborales aumentarán de forma muy moderada. Así, la creación de empleo, junto con el crecimiento modesto de la población activa, permitirá que la tasa de paro se sitúe ligeramente por encima del 18% a finales de 2017.

Por último, el Banco de España prevé una tasa media de inflación del 0,1% este año (0,8 puntos básicos menos que en la previsión anterior), con una senda que estará condicionada por la trayectoria del precio del petróleo, de modo que, a falta de nuevas perturbaciones, los precios comenzarán a repuntar en la segunda mitad de 2016 hasta registrar una tasa media del 1,6% en 2017.

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