El Banco de España dijo el martes que no activará el colchón de capital anticíclico para los bancos en un futuro cercano debido a las consecuencias económicas de la pandemia del coronavirus, y mantuvo el colchón en el 0% para el próximo trimestre.

Los colchones de capital anticíclicos son un instrumento de prudencia que buscan mitigar o prevenir los riesgos cíclicos causados por el crecimiento excesivo del crédito exigiendo a los prestamistas que aumenten sus reservas durante las épocas de fuerte crecimiento que luego estarían disponibles en caso de una caída.

El pasado mes de octubre, el banco central informó que podría empezar a activar los colchones anticíclicos a partir del segundo trimestre de 2021, pero la declaración del martes marcó un cambio de rumbo.

"La reciente irrupción de la pandemia global del coronavirus (COVID-19) y las necesarias medidas de contención aplicadas en nuestro país han dado paso a una situación que aconseja no activar este instrumento por un período de tiempo prolongado, al menos hasta que los principales efectos económicos y financieros derivados de la crisis del coronavirus se hayan disipado", dijo el Banco de España.

Con la actividad económica en España sufriendo una severa interrupción, no se espera que el crédito crezca a corto plazo, dijo el banco.

En el contexto actual, el Banco de España ha recordado que las autoridades de otros países europeos que activaron este instrumento en el pasado han procedido ahora a su liberación, dejándolo en el 0%.

En España, el colchón de capital anticíclico estaba en el 0% antes de la pandemia debido a que el volumen total de crédito bancario dirigido al sector privado todavía seguía reduciéndose y los indicadores de activación del instrumento no proporcionaban señales de alerta.

Teniendo en cuenta la actual coyuntura, el Banco de España ha decidido mantenerlo en el 0% y ha anticipado que no lo activará, "al menos, hasta que los principales efectos económicos y financieros derivados de la crisis del coronavirus se hayan disipado", ya que en la actual situación los indicadores de activación de este instrumento "pasan a segundo plano" y cobran especial relevancia los que tratan de captar el grado de estrés macrofinanciero de la economía, que recientemente ha aumentado significativamente.