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El BCE pone fecha de caducidad a la compra de deuda y aleja las subidas de tipos hasta la segunda mitad de 2019

El banco central de la Eurozona empezará a reducir compras de bonos en septiembre y finalizará programa de estímulos a finales del año

El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, el gobernador del Banco Central de Lituiania, Zoja Razmusa, el presidente del BCE, Mario Draghi, y la directora de Comunicación de la entidad, Christine Graeff, en la rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno en Riga. REUTERS/Ints Kalnins

Gederts Gelzis, Balazs Koranyi y Francesco Canepa / Reuters

El Banco Central Europeo (BCE) anunció el jueves que terminará su programa sin precedentes de compras de bonos hacia fin de año, la medida más grande que adopta para desmantelar el estímulo monetario de la era de la crisis, una década después del inicio del declive económico de la zona euro.

Pero, en un mensaje equilibrado para reflejar la incertidumbre que se cierne sobre la economía de la región, también indicó que la decisión no implicaría un ajuste rápido de la política monetaria, y sostuvo que los tipos de interés seguirán en mínimos récord "al menos hasta el verano de 2019 y en cualquier caso todo el tiempo que sea necesario".

La nueva orientación para los tipos de interés llevó a que el euro revirtiera una ganancia inicial para caer más de 1 por ciento a 1,1670 dólares, cerca de su mayor pérdida en un día desde octubre.

Los mercados habían estado descontando un aumento de 10 puntos básicos en la facilidad de depósitos del BCE, actualmente en el -0,4 por ciento, para junio de 2019.

El presidente del BCE, Mario Draghi, se abstuvo de dar más detalles sobre el momento de cualquier movimiento de tipos, en una conferencia de prensa después del encuentro monetario. Esta vez la reunión se realizó en Riga, la capital de Letonia, lejos de Fráncfort, sede del banco central. "No discutimos cuándo subir los tipos", dijo.

"Esta decisión (de reducir las compras de bonos) se tomó en presencia de una economía fuerte con creciente incertidumbre", sostuvo, respecto de un panorama político caracterizado notablemente por el aumento de las tensiones comerciales entre Estados Unidos, Europa y China.

El presidente del BCE, Mario Draghi, en la rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno en Riga. EFE/ Valda Kalnina

El presidente del BCE, Mario Draghi, en la rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno en Riga. EFE/ Valda Kalnina

El BCE también rebajó su proyección del crecimiento de la zona euro para este año a 2,1% desde 2,4% anteriormente, al tiempo que elevó su previsión de inflación a 1,7% desde 1,4%, en gran medida como resultado del ascenso de los precios del petróleo.

"Este es un equilibrio muy delicado -un poco más estricto sobre la QE (siglas en inglés de alivio cuantitativo), pero más bien flexible con los tipos- que Mario Draghi espera mantendrá a los mercados estables y evitará una turbulencia por la reducción de las compras de bonos", dijo Neil Wilson, analista jefe de mercados de Markets.com.

Fin al dinero barato

Si bien una normalización completa de la política monetaria llevará años, los inversores se están preparando para el final del dinero barato de parte de los principales bancos centrales del mundo.

Una Reserva Federal estadounidense más estricta abandonó el miércoles una promesa de estímulo del período de la crisis, mientras que el BCE ya había comenzado a retirar el respaldo tras cinco años de crecimiento económico.
"El ritmo mensual de las adquisiciones de activos netos será reducido a 15.000 millones de euros hasta fin de diciembre de 2018 y (...) las adquisiciones netas entonces terminarán", dijo el BCE.

Al poner una fecha de cierre específica para su estímulo, el BCE toma una medida más decisiva que cuando la Fed inició su propia reducción de compras de bonos en diciembre de 2013. Entonces, no se comprometió con un cierre específico o medidas posteriores.

La mayor complicación podría ser un panorama económico más oscuro, empañado por la guerra comercial naciente, algún desafío populista del nuevo gobierno italiano y un debilitamiento de la demanda de exportación.

Pero los responsables del BCE desde hace tiempo argumentan que su mandato es regresar la inflación hacia la meta, no acelerar el crecimiento o contrarrestar las turbulencias del mercado en algún país en particular.

Los rendimientos de los bonos italianos subieron fuertemente este mes mientras el nuevo gobierno de partidos antisistema prometía un aumento del gasto. Eso amenaza un choque con Bruselas, que está impulsando a Roma a reducir la segunda mayor carga de deuda de la zona euro.

Una desaceleración más amplia podría dificultar al BCE la tarea de reducir el respaldo monetario si un menor crecimiento alivia la presión sobre la inflación, un riesgo para la credibilidad del banco, que ha incumplido su meta de una inflación de casi 2%por más de cinco años.

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