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La entrada en el Constitucional alemán de una jueza pro-europea augura menos fricciones con el BCE

El banco central de la Eurozona tiene pendiente justificar al alto tribunal germano las compras de bonos o de lo contrario perderá el Bundesbank como colaborador del mismo, lo que ha generado interrogantes sobre el futuro del euro.

El presidente del Tribunal Constitucional alemán, Andreas Vosskuhle, al comienzo de un pleno de la institución para dictar sentencia, en su sede en la localidad de Karlsruhe. REUTERS/Kai Pfaffenbach
El presidente del Tribunal Constitucional alemán, Andreas Vosskuhle, al comienzo de un pleno de la institución para dictar sentencia, en su sede en la localidad de Karlsruhe. REUTERS/Kai Pfaffenbach

Madeline Chambers y Thomas Escritt/Reuters

Es probable que los cambios en la composición del tribunal más alto de Alemania reduzcan la confrontación con el Banco Central Europeo tras un fallo sobre la compra de bonos que causó conmoción en toda Europa, según dos fuentes cercanas al tribunal.

En su fallo del mes pasado, el Tribunal Constitucional dio al BCE tres meses para justificar las compras de bonos en el marco de su emblemático programa de estímulo o de lo contrario perderá el Bundesbank como colaborador del mismo, lo que ha generado interrogantes sobre el futuro del euro.

Aunque es probable que Berlín tenga la última palabra sobre si la justificación del BCE basta, los demandantes que iniciaron el caso han señalado que podrían iniciar nuevas acciones legales contra el nuevo programa de estímulo del BCE, lo que podría conducir a una mayor agitación en los mercados.

Sin embargo, el lunes habrá un cambio de guardia en el juzgado alemán ubicado en Karlsruhe.

Un cambio clave será la entrada de una nueva jueza, que podría cambiar las decisiones de un tribunal en el que los expertos creen que hasta ahora había un estrecha mayoría euroescéptica: Astrid Wallrabenstein, que fue nominada por los Verdes pro-europeos y ha sugerido que debería haber un deshielo en las relaciones con el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que aprobó el plan del BCE.

Wallrabenstein ocupará la vacante de Andreas Vosskuhle, presidente del tribunal, que se va tras finalizar su mandato. La función de presidente recaerá en Stephan Harbarth, quien fuera diputado conservador entre 2009 y 2018.

"(Wallrabenstein) es mucho más favorable a Europa que Vosskuhle", dijo la primera fuente, un profesor de derecho constitucional que tiene buenas conexiones conectado con el tribunal y conoce a Wallrabenstein. "Por lo tanto, mi pronóstico es que en el futuro, tales decisiones como la del BCE ya no se tomarán".

El nombramiento de Wallrabenstein podría ayudar a allanar el camino hacia un tono más conciliador del tribunal, que según los expertos tradicionalmente provoca una crisis para después suavizar su postura.

"Típicamente lo que sucede es que el tribunal hace algo que hace que la gente piense que se ha sobrepasado y luego da marcha atrás un poco", dice Justin Collings, historiador del tribunal constitucional alemán en la Universidad Brigham Young en Utah.

Un portavoz del tribunal dijo que no podía especular sobre la dirección de las próximas decisiones del tribunal en vista de los cambios de miembros y que cada decisión fue tomada en función de sus méritos y por un grupo de ocho jueces de forma confidencial.

"Más que a la altura"

El tribunal constitucional está dividido en dos grupos, cada uno con ocho jueces, que se ocupan de diferentes casos. Wallrabenstein se unirá al segundo grupo, que dictó el 5 de mayo el fallo sobre la compra de bonos del BCE.

Aunque el segundo grupo votó 7-1 a favor de aprobar el fallo, en la toma de decisiones se busca el consenso. La llegada de Wallrabenstein augura un cambio en el equilibrio de fuerzas, al menos a la larga, según dijo la segunda fuente, que es cercana al tribunal y señaló que es la primera jueza del segundo grupo que ha sido nominada por los Verdes.

"Cada juez nuevo cambia algo. En un grupo de ocho personas, una nueva persona supondrá una diferencia", dijo la fuente. "Puede que haya discusiones más acaloradas".

El profesor de derecho que conoce a los jueces de Karlsruhe dice que la dinámica del segundo grupo "se ha visto claramente influenciada por la interacción de Vosskuhle y (Peter) Huber", un conservador que describió el fallo del 5 de mayo como "imperativo".

Sobre Wallrabenstein, el profesor señala: "No buscará un conflicto abierto, pero tiene buena capacidad de argumentación y está más que a la altura de Huber".

Wallrabenstein ha demostrado que está preparada para tomar posiciones.

En 2014, en calidad de abogada, representó un caso —fallido— en el tribunal de Karlsruhe para que el excontratista de la agencia de espionaje estadounidense Edward Snowden fuera escuchado por una comisión de investigación en Berlín.

La jueza ya ha sugerido una estrategia más permisiva en las relaciones con el TJUE, que aprobó el plan de estímulo del BCE en 2018. Los jueces de Karlsruhe decidieron que no estaban obligados por ese fallo, argumentando que el tribunal europeo no había examinado las medidas del BCE hasta el punto de hacer "irrelevante" su propio veredicto.

"El tono se ha vuelto más duro últimamente", dijo Wallrabenstein a finales del mes pasado sobre las relaciones entre los tribunales. "Seguir así quizás se hace un poco difícil ahora."

Contactada por Reuters el fin de semana, Wallrabenstein no quiso hacer más comentarios.

Sin embargo, en el semanario alemán Frankfurter Sonntagszeitung dijo que esperaba que "las cosas se movieran en la dirección correcta", y añadió que ahora la cuestión era cómo proceder después de una discusión, en su opinión la respuesta era: "Olvidémoslo, sigamos adelante".

Rompecabezas para Berlín

El tribunal alemán ha dicho que su fallo de mayo no era aplicable a las nuevas medidas del BCE, lo que deja margen para un nuevo recurso.

Sin embargo, aunque los demandantes del caso original han señalado que podrían iniciar nuevas demandas, la segunda fuente dijo a Reuters que el tribunal de Karlsruhe sentía que había dejado claro su punto de vista con el fallo del 5 de mayo.

No obstante, la decisión del 5 de mayo sigue siendo un rompecabezas para Berlín, que está obligado a respetar al tribunal de Karlsruhe, pero al mismo tiempo, no quiere erosionar la independencia del BCE, cuyo estímulo sin precedentes ha mantenido viva la zona euro.

Los observadores del BCE ven dos posibles vías de salida: que el Bundesbank o el Parlamento Europeo —que tiene el derecho de interpelar al BCE— pidan una aclaración sobre las compras de bonos del banco central de la zona euro.

Berlín debe entonces aceptar o rechazar la explicación. El rechazo exigiría que el Bundesbank se retirara del programa, lo que supondría un interrogante para el papel de Alemania en el euro. 

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