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España asume que la escalada de los precios de la luz puede arriesgar la recuperación económica

El Gobierno de Pedro Sánchez pelea en el seno de la UE por rubricar medidas ambiciosas y comunes que contengan el alza de los precios de la electricidad, pero la última cumbre europea depara pocas medidas concretas.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen (d), durante una rueda de prensa a 21 de agosto de 2021.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i) y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen (d), durante una rueda de prensa a 21 de agosto de 2021. Jesús Hellín / Europa Press

España sigue presionando a sus socios comunitarios para que el debate energético no caiga en saco roto. Los 27 líderes de Estado y de Gobierno debaten este jueves cómo responder de forma conjunta a la escalada de los precios de la electricidad. La cita coincide con una nueva jornada sin precedentes: 302,48 euros llegarán a pagar este jueves los españoles el megavatio hora, superando por primera vez la barrera psicológica de los 300 euros.

Sin embargo, como ya ocurrió en el último Consejo Europeo de octubre, de la cita no se esperan grandes concesiones ni medidas concretas. Para pesar de España, que sigue liderando la batalla en el seno de la UE. El Gobierno de Pedro Sánchez considera que la situación sigue siendo muy preocupante y trata de convencer al grupo escéptico liderado por Alemania y los países del norte de que esta no es una crisis transitoria, sino estructural.

La Moncloa admite ya que la crisis energética puede hacer peligrar la recuperación económica, que parte de una situación compleja. Hace unos meses, Bruselas veía al país como el mejor posicionado para consumar la recuperación. Sin embargo, la economía española no tocará los niveles pre-covid hasta 2023 y es ya una de las más lentas de la Eurozona. Una de sus particularidades es que fía buena parte de sus inversiones a los presupuestos europeos y cuenta con la política fiscal más contractiva de la UE para el próximo año.

España ha colocado el tema en lo más alto de la agenda europea, pero lamenta la lentitud de la respuesta comunitaria

La inflación puede suponer un gran revés para ciudadanos y pymes en un momento en el que comienzan a sobreponerse de las consecuencias de la pandemia. El debate en el núcleo europeo sigue siendo agitado. La crisis energética es muy compleja y aglutina factores muy versátiles en los que cada Estado miembro tiene sus propios intereses. Existen arterias geopolíticas, económicas, climáticas o comerciales. Y reconciliar este cocktail molotov es misión casi imposible.

El Gobierno de Sánchez celebra que ha conseguido colocar el tema en lo más alto de la agenda europea, pero está frustrado por la timidez y la lentitud de la respuesta comunitaria. Y exige a la Comisión Europea que centre sus informes preliminares sobre el estado del mercado energético europeo –y que verán la luz en torno al mes de abril- en una premisa: el sistema actual no funciona y son necesarios mecanismos de emergencias para hacer frente a situaciones de volatilidad como la actual.

La gran concesión que España ha arañado hasta la fecha en la capital comunitaria es la propuesta que la Comisión Europea reveló hace unas horas. Bruselas abrió la puerta a la compra conjunta de gas, una iniciativa cocinada en la Moncloa. Sin embargo, el diablo está en los detalles. La medida tiene carácter voluntario –pueden participar los Estados miembros que lo deseen-, pero sobre todo solo prevé su puesta en marcha "en casos de emergencia", algo que el Ejecutivo comunitario limita a problemas de suministro pero no tanto por el alza de los precios, interés prioritario español. Por ello, Sánchez, a su llegada al Consejo Europeo, ha descrito la medida como "insuficiente".

Los precios del gas en Europa se han disparado un 250% este año

Los precios del gas en Europa se han disparado un 250% este año debido a una combinación multidisciplinar de factores naturales, climáticos, económicos y políticos. El frío invierno pasado agotó las reservas de gas europeo, el regreso paulatino de la normalidad pre-pandémica ha disparado la demanda en buena parte del globo, la especulación en el mercado CO2 se ha disparado, como también han hecho las tensiones geopolíticas.

La UE anticipa un invierno más gélido de lo normal. La demanda de gas continuará aumentando en los próximos meses mientras, en paralelo, incrementa la tensión entre el trío Bruselas-Minsk-Moscú. Alexander Lukashenko, presidente bielorrruso, ha amenazado en varias ocasiones al bloque comunitario con cortar el paso del suministro energético al bloque comunitario. Y la UE y Rusia bordean una guerra con la amenaza de invasión del Kremlin a Ucrania, lo que podría suponer un cierre del grifo de gas ruso –del que Europa es muy pendiente- como medida de presión.

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