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El Eurogrupo sigue mareando la perdiz con el impuesto a las transacciones financieras

El ministro alemán de finanzas, Wolfgang Schäuble, explica que los diez países que teóricamente quieren introducir esta tasa se dan un plazo de tres meses para decidir si quieren seguir adelante con esta iniciativa. 

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, en una imagen de archivo. REUTERS

EFE

BRUSELAS.- El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, afirmó este lunes que los países que quieren en principio introducir la tasa a las transacciones financieras decidirán en un plazo de tres meses si realmente quieren seguir adelante con la iniciativa y si son suficientes Estados miembros los que la apoyan. Se da la circunstancia de que estos países ya han llevado a un punto muerto esta cuestión en otras ocasiones a lo largo de los últimos años.

El titular de Finanzas austríaco, Schelling, justifica la medida en que algunos países están en proceso de formar gobierno

El grupo de diez países miembros de la UE, entre ellos España, que en teoría quieren implantar la tasa a las transacciones financieras, han abordado el proyecto en el grupo de trabajo liderado por Austria, y afirmó que, pese a que en la "sustancia" las líneas del gravamen está acordada, la situación en "algunos países es poco clara".

El ministro alemán no reveló en qué sentido, si políticamente o por la situación de los bancos, pero dijo que en el ambiente sí está la pregunta de si en la "actual situación en los mercados financieros es el momento oportuno" introducir la tasa.

Su homólogo austríaco, Hans Jörg Schelling, sí explicó que en esos tres meses se deben analizar dos aspectos. Por un lado qué impacto tendrá la tasa en la economía real -actualmente en un entorno de tipos negativos- y en países que "trabajan fuertemente con los fondos de pensiones". 

En segundo lugar, indicó, "no todos los países miembros están en disposición de tomar decisiones", dado que algunos están en el proceso de formación de gobierno "y no sabemos cómo se posicionarán", como es el caso de España y Eslovaquia.  "Pero en tres meses convocaré una reunión y tomaremos la decisión definitiva", recalcó Schelling.

El titular austríaco no quiso hablar de una "congelación" de las conversaciones, dado que la Comisión Europea y el grupo de trabajo técnico aclararán esas preguntas. 

También queda por definir cuánto debe recaudar la tasa a las transacciones financieras, dependiendo de si se quita más o menos derivados por ejemplo de la cesta de activos a gravar, señaló.

Schelling confirmó además que siguen siendo de momento diez países los que quieren impulsar la tasa, después de que se saliera el año pasado Estonia. Se trata de España, Francia, Alemania, Bélgica, Austria, Eslovenia, Portugal, Grecia, Eslovaquia e Italia. Para la cooperación reforzada se requieren al menos nueve países, por lo que superarían este baremo.

En diciembre pasado, los diez socios que permanecen en el proyecto acordaron las líneas generales de las características que debe tener la tasa en cuanto a las acciones y los derivados que se incluirán, así como sobre el alcance territorial que se aplicará cuando se implante el gravamen.

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