Las acciones del endeudado gigante inmobiliario chino Evergrande cotizadas en Hong Kong repuntaban en la apertura del mercado después de que el conglomerado anunciase en la noche del lunes la creación de un grupo de control de riesgo para "mitigar y eliminar riesgos futuros".

Evergrande dijo que había establecido un comité de gestión de riesgos que incluía a miembros de entidades estatales, y en el que también está presente el fundador y presidente de la empresa, Xu Jiayin, y  asesores legales.

Las autoridades de la provincia suroriental de Guangdong (o Cantón), donde el grupo tiene su sede, anunciaron que destinarían un "grupo de trabajo" a Evergrande para "resolver sus riesgos" poco después de que la compañía revelase que había recibido una demanda para pagar 260 millones de dólares de un aval, en un momento en el que "no hay ninguna garantía" de que tenga fondos suficientes para cumplir con sus obligaciones financieras, y anunciase que negociará un plan de reestructuración con sus acreedores offshore (en el exterior).

Esto llevó a las autoridades chinas a convocar a su presidente y a asegurar a los mercados que se podría contener el riesgo general.

Además, el grupo inmobiliario se enfrentaba en la noche del lunes al vencimiento de un período de gracia de 30 días para pagar intereses de dos bonos offshore por 82,5 millones de dólares. Algunos tenedores de bonos en el extranjero dijeron que no habían recibido ningún pago.

El incumplimiento por parte de Evergrande de alguna de sus obligaciones podría desencadenar una insolvencia cruzada (basta con que un deudor entre en suspensión de pagos con un solo acreedor para que otros acreedores puedan reclamar la devolución de su préstamo) de sus bonos internacionales que ascienden a unos 19.000 millones de dólares, lo que le convertiría en el mayor moroso de China, posibilidad que ronda desde hace meses a la segunda mayor economía mundial.

Algunos tenedores de bonos en el extranjero de China Evergrande Group no recibieron los pagos de sus cupones al final de un período de gracia de 30 días, dijeron cinco personas conocedoras del asunto, acercando a la endeudada promotora inmobiliaria al impago formal.

Evergrande acumula un pasivo superior a los 300.000 millones de dólares (unos 265.000 millones de euros) y, en lo que va de año, el valor de sus acciones se ha desplomado más de un 86%.

A diferencia de hace un par de meses, gran parte de las consecuencias de Evergrande han sido contenidas dentro de China y, con una mejor comunicación de los responsables monetarios de Pekín y los mercados más familiarizados con la situación, las consecuencias de sus problemas se dejarán sentir menos, según los inversores.

El Banco Popular de China y los reguladores de bancos y aseguradoras y del mercado de valores han asegurado que el riesgo de contagio de la crisis de Evergrande es "controlable" y que el sistema financiero del país no se verá afectado negativamente.

Evergrande nació en la ciudad de Guangzhou en 1996. Es la segunda promotora inmobiliaria de China, con 110.000 millones de dólares en ventas el año pasado, 355.000 millones en activos y más de 1.300 promociones en todo el país. A finales de junio tenía 163.119 empleados. La compañía creció rápidamente gracias a una ola de compra de terrenos apoyada en préstamos y a la venta rápida de apartamentos con bajos márgenes de beneficio. La desaceleración de su crecimiento ha hecho que se ramifique en negocios como los seguros, el agua embotellada, el fútbol y los vehículos eléctricos.

Mientras, a la crisis de liquidez del otrora pujante mercado inmobiliario chino se sumó Kaisa Group Holdings, que también era improbable que cumpliera con el plazo de su deuda offshore de 400 millones de dólares el martes. El impago de Kaisa, la inmobiliaria china con más deuda offshore (en el exterior) tras Evergrande, llevaría al impago técnico a su bono , provocando incumplimientos cruzados por unos 12.000 millones de dólares.